«Arnaldo contribuirá a que ETA deje las armas y se disuelva»
Cree que el líder de la izquierda abertzale, con el que mantiene una relación de amistad, apostará por «desarrollar un nacionalismo menos excluyente»
david guadilla
Sábado, 27 de febrero 2016, 20:51
Jesús Eguiguren es una de las personas que, más allá del ámbito familiar, mejor conoce a Arnaldo Otegi. Le ha ido a visitar a la ... cárcel de Logroño en varias ocasiones desde que fue detenido a finales de 2009. La última vez, el pasado 14 de febrero. El expresidente del PSE y el actual secretario general de Sortu tejieron una amistad que se prolonga desde hace más de una década y que se cimentó en las conversaciones que desarrollaron para intentar que ETA dejara las armas.
Ahora, Eguiguren está convencido de que Otegi mantiene intacto su tirón dentro de la izquierda abertzale. Un «ascendiente» que servirá, entre otras cosas, para que ETA deje las armas y se disuelva.
¿Esperará a Arnaldo Otegi a la salida de la cárcel de Logroño o participará en los homenajes que se le van a tributar?
No. Estuve visitándole hace quince días. Irán a recibirle sus familiares y la gente de su partido. Yo no pinto nada allí.
¿Qué tal le vio?
Pues como siempre suele estar. Muy animoso, muy hablador, muy preocupado por la política y muy informado.
¿Preocupado? ¿Por qué?
En el sentido de que ahora que se ve libre tiene que afrontar una situación que no es la misma que cuando le encerraron en la mazmorra. Creo que le ha dado muchas vueltas al nuevo panorama y a sus consecuencias.
¿A qué se refiere?
Hombre, sería un atrevimiento por mi parte intentar interpretar su pensamiento, pero lo que sí deduje fue una sana preocupación por todo el trabajo que va a tener cuando esté fuera.
¿Qué puede aportar Otegi a la izquierda abertzale?
Todo partido necesita un líder, una persona que diga las cosas que necesita oír la formación. No digo que la izquierda abertzale ahora no tenga líderes, pero creo que ellos mismos consideran a Arnaldo Otegi su líder natural. Me da la sensación de que esperan todo de él, aunque la realidad es que una persona no puede hacer milagros. Pero sí creo que contribuirá a que ETA deje las armas y se disuelva. Arnaldo tiene cierto ascendiente sobre su formación, y ese ascendiente puede tener efectos en ETA.
¿Y también puede servir para cerrar la fractura interna que parece que se ha abierto en la izquierda abertzale, con un sector muy crítico con la actual dirección de Sortu?
No sé la dimensión de esa fractura. Lo que veo en EH Bildu es el desencanto que se decía en otra época. Están un poco confusos. Nunca pensaron que eran un partido normal. Creían que eran incuestionables y han comprobado que son uno más. Han hecho gestión y les han castigado. Han ido a las elecciones y Podemos les ha arrebatado votos. Y eso ha roto las seguridades que tenían antes. Supongo que la función del líder es levantar los ánimos.
¿Le ve como candidato a lehendakari?
No tengo ni idea porque de eso no hemos hablado. Pero, bueno, yo de él me lo pensaría dos veces. Todo el mundo da por hecho que va a ser Otegi el que encabece la candidatura en las autonómicas, pero un partido se puede dirigir sin ser candidato.
¿De qué han hablado cuando se han visto en la cárcel? ¿Temas personales, políticos...?
De temas personales es muy difícil hablar con él, aunque en teoría las visitas son para eso. Pero él está deseando hablar de política.
¿Le dijo qué piensa hacer?
Cree que no va a tener más remedio que hacer frente a todo lo que tienen montado: homenajes, recibimientos... Cuando salga y pase esta racha tendrá que reflexionar sobre cómo está todo antes de tomar iniciativas políticas. Su pensamiento profundo no lo puedo saber. Pero me da la sensación de que apuesta por desarrollar un nacionalismo menos excluyente.
El último Sociómetro indicaba que la entrada de Podemos en el Parlamento vasco podría articular una alianza de izquierdas entre dicha formación, EH Bildu y el PSE. ¿La ve factible y cree que esa supuesta apuesta de Otegi por un «nacionalismo menos excluyente» la puede facilitar?
No lo veo. EH Bildu tiene tareas pendientes. Mientras ETA siga activa, la izquierda abertzale no será un partido normal para poder pactar con el resto de formaciones. Ese tripartito me parece muy difícil, al menos por ahora.
Aunque no participe en los homenajes que se le van a tributar esta semana, supongo que mantendrá alguna cita con él, al menos de forma discreta.
No tengo pensado ni preparado nada. Cuando pase la marea y tenga tiempo, le llamaré y hablaremos, pero por ahora nada. No voy a entrar a molestar.
Su «defensor»
¿No es complicado mantener una relación de amistad con una persona como Otegi? Me refiero a que usted y él pertenecen a dos mundos que han vivido muy enfrentados, donde ha habido mucho dolor, atentados...
Después de tantos años, al final lo político se convierte en personal. Se establece una relación personal, entre las familias... Siempre me ha parecido bien que personas de distintos partidos tengan amistad porque eso ayuda en las relaciones políticas. Pero también me gusta hablar políticamente con él. El nacionalismo tiene que evolucionar. No está en auge, más bien a la baja. Uno de los problemas que tiene Bildu es que tiene que reflexionar sobre su propia identidad. Pero problemas personales no me genera. Hombre, a veces puede parecer que soy el defensor de Arnaldo. Pero, bueno, creo que fue víctima de una injusticia y no pasa nada por reconocerlo. Además, ya no tengo ningún cargo en el Partido Socialista.
Por cierto, hace unos días surgió la noticia de que usted iba de nuevo a verle con Joan Tardá (ERC) y David Fernández (CUP) ¿Qué pasó?
(Risas) No me enteré hasta que en mi partido me dijeron: oye, pero tú qué, ¿vas a ir a visitarle cada fin de semana?. El domingo (se refiere al pasado día 21) estaba en casa y me llamó el tal Fernández (más risas). Me hizo mucha gracia porque me dijo que me estaban esperando en la puerta de la cárcel.
¿Y qué le contestó?
Pues que podía seguir esperando porque yo nunca había dicho que fuese a ir. ¡Si nunca habíamos hablado! No tenía ni pies ni cabeza.
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