«No voy a permitir que dentro de mi local roben a los clientes»
El gerente de un club de alterne de Cortes protagoniza un vídeo viral en el que ahuyenta con un palo a varios ladrones que le lanzaban botellas
Papa Fode Sarr, senegalés de 34 años, regenta junto a su mujer el club de alterne Gaspy en la calle Cortes del barrio bilbaíno de San Francisco ... desde hace siete años. «Todos los fines de semana tengo que salir a defender a los clientes porque si no te fastidian el negocio», proclama. Con sus casi 1,90 metros de estatura y gran corpulencia, ha protagonizado un vídeo grabado por una vecina desde su ventana, que se 'viralizó' en las redes sociales. Se le veía corriendo con un palo en la mano detrás de cuatro jóvenes que habían intentado robar a un hombre en su local.
La escena se produjo alrededor de las ocho y media de la madrugada del 20 de octubre, en la confluencia de las calles Cortes con Gimnasio. Estos mismos individuos ya habían protagonizado esa noche previamente algún otro altercado en la zona e incluso había acudido la Policía Municipal a dispersarles, pero regresaron. «Abro la persiana a las seis de la mañana y a esa hora se metieron. No tengo problema con que entre nadie, si vienen a tomar algo y a estar tranquilos», advierte Papa, que prohíbe la entrada a quienes sabe que van a robar o a montar jaleo.
«Me llamaron racista»
Detrás de la barra, el hostelero observó cómo uno de aquellos chicos, de origen magrebí, metió la mano en el bolsillo de un cliente mientras le distraía haciéndole una cabriola futbolística. Sin que la víctima se percatara, el ladrón le cogió el teléfono móvil y un paquete de tabaco que acababa de comprar en el bar. Enfadado, Papa, como le conoce todo el mundo, le llamó la atención y le pidió que le devolviera al hombre lo que le había quitado. «No voy a llamar a la Policía porque, ¿qué van a hacer? Cuando vienen, se limitan a pedirme la documentación, están atados, no pueden hacer más», se justifica.
El presunto ladrón reaccionó reprochándole que, como camarero, «no me metiera en 'eso'». «No voy a permitir que dentro de mi local roben a los clientes», espetó él. Entonces, el chico rompió una botella sobre la barra y le amenazó con el vidrio fracturado. «¡Sal a la calle que te voy a matar!», le retó, sin ser consciente de a lo que se enfrentaba. «Intimidan a la gente porque saben que tienen miedo». Pero Papa no se amilanó. Llegaron a acusarle de «racista» y le llamaron «negro». «Dicen lo primero que se les viene a la cabeza».
«¿Y si un día te apuñalan?»
El hostelero guarda tras la barra un palo. Lo cogió y salió corriendo tras el ladrón y sus tres acompañantes. En el vídeo grabado por una vecina desde su ventana se ve cómo los jóvenes cogen de un contenedor de vidrio que han volcado varias botellas y se dirigen a atacar a Papa. Al ver que el responsable del club de alterne sale corriendo tras ellos, se las lanzan a distancia. Airado, él alcanza a uno de los delincuentes, al que golpea tras caer entre dos coches. Para entonces, una vecina había llamado ya a la Ertzaintza, que localizó e identificó a dos de los agresores. Los otros dos huyeron. Uno llevaba un arma blanca. «¿Y si un día te apuñalan?», se pregunta Papa.
Los ertzainas hablaron también con el gerente del Gaspy y le recomendaron que presentara una denuncia por lesiones y amenazas, por lo que el hostelero se acercó a la subcomisaría de la plaza Zabalburu. Papa presentaba un corte en un dedo y otro en el antebrazo provocados por el vidrio roto, según se refleja en la denuncia. «Ayer volví a ver a dos de ellos por el barrio. No se presentarán al juicio», sospecha, pero él cuenta a su favor con varios testigos, entre ellos el cliente que fue víctima del robo y que le ha agradecido que saliera en su defensa. El hostelero es uno de los integrantes del movimiento ciudadano que se ha creado en el barrio de San Francisco por el aumento de la delincuencia en la zona. «Son bandas, se avisan entre ellos si ven a una víctima fácil», advierte.
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