Osakidetza da luz verde a la población de Zaldibar, Ermua y Eibar para recuperar la normalidad

Los vecinos de Zaldibar, Eibar y Ermua (casi 50.000 personas) ya pueden abrir las ventanas y hacer deporte al aire libre. Y el partido de fútbol aplazado entre el Eibar y la Real Sociedad ya se puede jugar en Ipurua. Osakidetzaha dado por finalizada este jueves la alerta sanitaria que había decretado el viernes de la semana pasada (día 14) cuando se detectaron altos valores de dioxinas en el aire (hasta 50 veces por encima de lo normal), tras la catástrofe ambiental del vertedero propiedad de Verter Recycling.

La decisión se adoptó después de que el miércoles a mediodía se recibieran los análisis sobre la concentración de este agente perjudicial para la salud en las muestras tomadas entre los días 10 y 16. Los resultados dibujaron una tendencia «descendente» en la jornada 16 con respecto a la del 15. Aún así, el último dato del que se dispone es mayor que el que convenció a Osakidetza para pulsar el botón de alarma.

En concreto, el testigo que motivó la recomendación de cerrar ventanas y no hacer deporte arrojó en su momento un resultado de 719 fentogramos, medidos en el barrio de San Lorenzo (Ermua). En este mismo punto, el día 16, se recogieron 730 fentogramos. Entonces, ¿por qué se adopta ahora el levantamiento de la alerta?

En palabras del viceconsejero de Salud, Iñaki Berraondo, «porque las dos situaciones son muy diferentes». La extinción del incendio que hasta el pasado martes (día 18) asoló el vertedero ha sido determinante. «El fuego era el foco de emisión de las dioxinas y furanos», dijo, al consumir plásticos y residuos clorados que liberan sustancias muy perjudiciales a la atmósfera. «Activamos las precauciones en un momento en el que fuego estaba en su máxima intensidad». Eliminada esta fuente de contaminación, «todo hace pensar que la calidad del aire es ahora sustancialmente mejor, sobre todo teniendo en cuenta la tendencia a la baja observada». Por todo ello, insistió, es «previsible que, desde la extinción del fuego, los niveles hayan bajado de forma rápida y drástica».

Es decir, el adiós a la situación de emergencia se adopta en base a un hecho irrefutable (el fin de las llamas) y en la suposición de que, eliminado el elemento que generó el problema, la coyuntura ha de ser mejor, sobre todo a medida que pasa más tiempo y el viento y la lluvia dispersan la polución. Los datos de estos días se conocerán a principios de la semana que viene ya que se siguen recogiendo muestras a diario.

Fuera demasiado cautelosa o no, la precaución adoptada por el Gobierno vasco el pasado viernes permitió que, al día siguiente, los vecinos estuvieran prevenidos frente al peor momento en cuanto a resultados. El sábado, en el barrio de San Lorenzo de Ermua se alcanzaron los 1.237 fentogramos, lo que equivale a 82 veces los niveles habituales. En esa misma jornada se instalaron medidores en la Plaza de Eibar y en el barrio de Eitzaga, en Zaldibar. Arrojaron valores de 114 y 257, respectivamente. Al día siguiente, bajaron hasta 730 en Ermua, 20 en la localidad guipuzcoana y 113 en Zaldibar.

En el momento de anunciar el fin de la alarma, Berraondo se apoyó en la experta del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Begoña Jiménez y en el doctor en Salud Pública Koldo Cambra. Berraondo se mostró contundente con respecto al posible peligro al que ha estado expuesta la población: «Hay que recordar que solo suponen un riesgo para la salud las exposiciones continuadas y prolongadas en el tiempo».

Este posicionamiento claro y directo contrastó con la anterior rueda de prensa dada en ese mismo escenario por Osakidetza. En aquel momento, el director de Salud Pública, Juanjo Aurrekoetxea, no pudo ocultar su nerviosismo ante la situación desencadenada.

Berraondo, por su parte, ha advertido este jueves que, en el caso de que se reactivase el fuego en el vertedero, se presentaría «otra situación y se darían las recomendaciones oportunas». Además, aseguró que los técnicos de Medio Ambiente y Salud Pública miden «constantemente» tanto la calidad del agua como la del aire de la zona afectada por el desprendimiento «y que van a continuar con estas mediciones».

En este sentido, los últimos análisis de la calidad de los ríos y regatas cercanos al vertedero de Zaldibar han arrojado un «incremento significativo» de la presencia de amonio, según informó la Agencia Vasca del Agua. URA aclaró que el embalse de Aixola, que se encuentra aguas arriba, «no recibe en absoluto escorrentías» de la escombrera. Pese a los resultados registrados en esos arroyos y en el río Ego, los técnicos garantizaron la calidad del agua potable que llega a los grifos servidos por la red general.