Zeanuri le toma las medidas a su encina por San Valentín
Los vecinos del barrio de Elizondo le rinden homenaje al santo con una particular tradición desde hace 64 años en torno al árbol, que ha crecido tres milímetros
Marina León
Domingo, 13 de febrero 2022, 15:41
Hoy es uno de los días más especiales para los vecinos del barrio de Elizondo, en Zeanuri, su popular fiesta de San Valentín. Es una ... jornada en la que, además de honrar al santo, se congregan, desde hace 64 años, en torno a la hermosa encina ubicada frente a la ermita de la Piedad. El motivo no es otro que el de cumplir con una peculiar y entrañable tradición, descubrir cuánto ha crecido el árbol. «La actual encina de la Piedad es un ejemplar que sustituyó a otro anterior que se quemó. Se plantó en 1958 y lo trajeron dos vecinos desde un caserío en un carro tirado por una yunta de vacas desde el monte Eleizbaso», contó Jon Urutxurtu, uno de los encargados de hacer que esta costumbre no desaparezca. «Es algo que, si no mantenemos nosotros, se va a ir perdiendo y es una pena», indicó.
La treintena de vecinos que residen en Elizondo ha cumplido con su palabra. Desde entonces, la medición de la encina está integrada en el programa de actos en honor al santo que han arrancado con el repique de campanas anunciando la misa de las 11.30 horas en la parroquia de Andra Mari, seguida de la procesión, encabezada por txistularis del municipio arratiano, de la imagen de San Valentín, cargada a hombros por cuatro vecinos, hasta la ermita de la Piedad, ubicada a tan solo 50 metros, donde permanecerá hasta el próximo año. Una talla diseñada en la segunda mitad del siglo XVIII y restaurada en 2017 por el Museo de Arte Sacro.
Una vez colocado el santo en su lugar, y bajo la atenta mirada de familias y visitantes, con los flashes de las cámaras listos para disparar, Igor Itxaurraga, ha sido el encargado de rodear el tronco del árbol con una cinta métrica. ¿Cuánto ha crecido la encina? El año pasado se quedó en 191 centímetros y «ha sumado tres milímetros más», confirmó. «En las épocas húmedas crece más. Este año ha llovido mucho en poco tiempo, pero han sido meses muy secos», añadió. Originariamente, de la medición se encargaba Ceferino Lejarreta, un prestigioso tasador de montes que falleció en 2007 dejándole el testigo a su hijo, Gregorio, «que también nos dejó. Ahora lo hago yo y mi hijo Peru aprende para cuando le toque a él», comentó Itxaurraga. En 2021, debido a las limitaciones del Covid, esta fiesta fue algo más íntima, únicamente con los residentes del barrio. En esta ocasión los coches han llenado el pueblo y se han acercado familias de otras localidades, pero, «para no llamar a las aglomeraciones hemos prescindido del popular 'baraskurri', un tentempié consistente en tocino, pamitxa y vino», explicaron.
Tras la medición, llega otro de los momentos más importantes del festejo, la firma del acta para dejar constancia de lo ocurrido y el relevo de 'mayordomos', la persona que se encarga de cuidar y mantener limpia la ermita durante todo el año. Esta responsabilidad va pasando de casa en casa y este año, Irantzu Arana le ha pasado las llaves a Rosi Ipiñazar, una vecina que, tras trabajar cerca de cuatro décadas en Bilbao, ahora vive en Elizondo, «feliz y tranquila» cuidando de sus nietos. «Este día es muy especial, lo vivimos mucho y queremos mantenerlo», dijo la nueva guardiana de la ermita.
Algo tiene esta zona que todo el que se va, vuelve. «Actualmente tenemos por aquí una decena de niños. Hubo una época en la que quedaban cuatro viejitos pero la gente joven se ha casado y han vuelto», comentó Ipiñizar. «El barrio ha rejuvenecido un montón», aseguró Idurre, una de las encargadas de transportar a hombros al santo en la procesión. Nació en Elizondo y, aunque vivió un tiempo fuera, ha regresado con su pareja para criar a su pequeña de dos años que también disfrutó de la fiesta popular. «Son tradiciones muy particulares y los jóvenes tenemos que procurar que sigan con vida y transmitírselo a nuestros hijos». Una decisión que ya va dando sus frutos. «Mi niña me dice que cuando sea mayor, quiere llevar ella al santo», añadió.
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