Galdakao asumirá las obras para solucionar el vertido de aguas fecales al Ibaizabal
El Consistorio llevará a cabo la ejecución de los trabajos, que no habían sido contemplados en el proyecto de encauzamiento y que ahora requerirán de una nueva partida presupuestaria
El Ayuntamiento de Galdakao asumirá finalmente el coste de las obras para solucionar el problema de las aguas fecales que se vierten en el río Ibaizabal. Como adelantó este diario a finales de diciembre, un error en la planificación de las obras de encauzamiento que se ejecutan desde hace meses en la zona dejó sin canalizar las 'aguas negras' de parte de los edificios residenciales y empresas de los alrededores del centro de la localidad. Las administraciones implicadas en el proyecto -la Agencia Vasca del Agua (URA) y el Consistorio- coincidían en la necesidad de resolver este problema, pero hasta ahora habían evitado hacerse cargo de los costes para subsanarlo.
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URA defendía que esta actuación era responsabilidad municipal, mientras que en el Consistorio insistían en que se habían ofrecido «en todas las reuniones con URA el pago del coste de los trabajos necesarios para tratar y dar solución a dicha situación».
Este martes, el Consistorio galdakaotarra ha movido ficha y ha anunciado que correrá con los gastos para derivar las aguas fecales de los inmuebles afectados al colector general. Los responsables municipales han alcanzado un acuerdo con el Consorcio de Aguas para acometer las tareas necesarias que den «una respuesta adecuada a esta situación». En este sentido, aseguran que se han identificado «todas las salidas de aguas fecales» que ahora vierten al Ibaizabal y ahora «se proyectarán y ejecutarán» los trabajos «para derivarlas al colector general».
El Consistorio avanza que «en abril de 2023, en la primera modificación presupuestaria, aportaremos la partida económica necesaria». Esta se elevará hasta el medio millón de euros. La duda es cómo afectarán estos trabajos a las obras de canalización ya ejecutadas en la zona.
Lluvias de 2021
El origen de este problema radica en que el convenio firmado en su día por URA, la Agencia Vasca del Agua y el Ayuntamiento «no preveía la realización de obras de encauzamiento de aguas fecales». Además, los efectos de las fuertes lluvias de 2021 obligaron a realizar una «modificación presupuestaria» que condicionó la inclusión de estas obras para dirigir los vertidos al colector general.
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Esta modificación de crédito, aseguran, superó el importe máximo permitido, por lo que no fue posible incorporar las tareas de encauzamiento de aguas fecales en la tercera fase del proyecto general del Ibaizabal.
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