Urgente Normalidad en el metro tras los retrasos provocados por el desmayo de una mujer que ha caído a las vías en Algorta
La profesora Ainhoa Uriarte (primera por la izquierda), junto a sus alumnos del nivel A1. Irati Alonso

«Ya le hemos cogido cariño al euskera»

Alumnos de Valencia, Sevilla o Cuba del euskaltegi de Galdakao hablan sobre su experiencia en su primer año estudiando el idioma

Iñigo Agiriano

Galdakao

Miércoles, 9 de julio 2025

Ainhoa Uriarte comenzó a dar clases de euskera en su etapa universitaria. Lo que empezó siendo una forma de lograr un dinero extra durante sus años de estudiante, se convirtió en su pasión. Ahora es profesora en el euskaltegi público de Galdakao y en su clase del nivel A1 coinciden alumnos de diferentes partes del Estado e incluso de otros países como Cuba, Nicaragua o Venezuela. Algunos son jóvenes y otros adultos, algunos son recién llegados a Euskadi y otros llevan muchos años aquí, pero todos comparten un mismo objetivo, aprender el idioma de nuestra tierra y poder adentrarse así en la cultura vasca.

Publicidad

Luisma Molina estudió informática en la UPV. «En la de Valencia, no la de aquí», bromea. Hace 19 años conoció a una chica de Bilbao y se mudó con ella. Empezó con las clases de euskera el año pasado, fruto de la insistencia de su pareja actual. «Ella es también valenciana y es enfermera. Como lo necesitaba para Osakidetza me impulsó a aprenderlo yo también», cuenta. «A mí siempre me ha interesado mucho la cultura vasca, especialmente la música, y este era el último paso que me faltaba por dar», explica.

Uno de sus compañeros, Ernesto Vega, proviene de Cuba, aunque llegó a Bizkaia en 1997. Su intención en un primer momento fue aprender el idioma, pero los diferentes negocios de hostelería que fue regentando no le permitieron tener el tiempo necesario. «Siempre he tenido el gusanillo del euskera. Mi mujer y mis hijos lo hablan y me daba envidia, así que el año pasado, que ya estaba más libre con el trabajo, decidí apuntarme», señala. María José llegó a Euskadi en plena pandemia. Nacida en la localidad sevillana de Utrera, actualmente trabaja como enfermera, pero confiesa que comenzó a estudiar la lengua por simple gusto. «Me llamaba la atención escuchar hablar a mis compañeros», destaca. Sobre la experiencia, reconoce que le está encantando, y sólo lamenta «no haber empezado antes».

Omayra, en cambio, es vasca, «de Basauri de toda la vida», pero nunca aprendió euskera. «Yo estudié en el colegio francés y en aquel momento no estaba como optativa», explica. Ella sí que decidió inscribirse en el euskaltegi por motivos estrictamente laborales, pero está disfrutando mucho más de lo que podía imaginar.

Un idioma «demasiado difícil»

Para Omayra existen muchos prejuicios sobre el euskera. «Escuchas a la gente que es muy complicado, sobre todo aprenderlo siendo ya mayor, pero luego ves que son exageraciones», señala. Todos sus compañeros coinciden también en alabar el gran trabajo de Ainhoa y el buen ambiente que impera en el aula. «No hay egos, nos ayudamos unos a otros y las clases son muy amenas», destaca Ernesto. «Se preocupa mucho por buscarnos actividades culturales en las que podamos participar», cuenta Luisma. «Ainhoa es una auténtica crack», sentencia María José.

Publicidad

Sobre la mayor dificultad del idioma las opiniones también son unánimes. «El léxico sin duda. Como nos dice Ainhoa la palabra es la que es, no puedes deducirla», explica Luisma. «Al no venir del latín es complicado, no es como con otras lenguas en las que los términos se parecen», apunta Omayra. En cualquier caso, todos están decididos a seguir su formación y continuar en el euskaltegi el próximo curso.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad