Negociación contrarreloj en Bilbao
Antes de repartirse las concejalías, Aburto y Gil deberán consensuar cómo abordar proyectos de futuro como Zorrozaurre o la reactivación de la ría
Con el jaleo de Irún, el PNV y el PSE han perdido una semana importantísima para avanzar en los pactos de gobierno. Así que ahora ... deberán negociar contrarreloj si quieren tener un acuerdo para el sábado, fecha en la que se constituyen los ayuntamientos. Sobre todo, en Bilbao. Nadie contempla otro escenario que no sea una reedición del entendimiento entre Juan Mari Aburto y Alfonso Gil. De hecho, el alcalde en funciones asumió ayer que no se plantea otra posibilidad que no sea el acuerdo con los socialistas, y Gil también hizo votos por un Gobierno fuerte que lidere la ciudad y que únicamente puede surgir de la unión de los dos partidos más votados. Dos partidos que, además, están bien avenidos porque son los que hasta ahora han compartido responsabilidades en el Ejecutivo.
Las conversaciones entre ambos líderes bilbaínos arrancarán cuando reciban la luz verde por parte de sus respectivos partidos. Previsiblemente, hoy o mañana. ¿Qué busca cada uno de ellos? La prudencia es absoluta y ninguno quiere adelantar estrategias. Como es lógico, ambos apostarán por ganar peso en la junta de Gobierno porque ambos han mejorado sus resultados electorales: el PNV de 13 a 14 concejales (15 es la mayoría absoluta), y el PSE de 4 a 5. Eso sí, la opción de que ambos aumentasen su protagonismo en el Ejecutivo sólo sería posible si creciese el número de áreas, de concejalías. Podrían ser hasta 17, frente a las 15 que hay ahora.
Pero antes de entrar en este reparto, y según fuentes conocedoras el proceso, habrá que consensuar las prioridades del mandato. Zorrozaurre es uno de los puntos que generan más fricción. De un lado, Alfonso Gil manifestó públicamente su aspiración de repensar el proyecto, elaborado hace casi dos décadas y que, a juicio de muchos expertos y de todos los grupos de la oposición, se ha quedado viejo. De otro, Juan Mari Aburto no quiere ni oír hablar del tema y circunscribe los cambios edificatorios plasmados en un estudio municipal a retoques puntuales que no alteran el planeamiento urbanístico. ¿Cómo conjugar ambas maneras de verlo en el próximo mandato?
La Casa de las Mujeres
Luego está el encaje de las propuestas electorales. Por ejemplo, la lámina de agua que los socialistas quieren impulsar desde hace casi una década en la ría. Supone construir un sistema de diques para mantener un nivel de agua estable que permita un uso que no esté condicionado por las mareas. Ya en 2015 el PSE tuvo que renunciar a ella en el pacto con el PNV. ¿Ahora también? Porque la ha vuelto a presentar en su programa. Además, en un momento idóneo porque ahora mismo se está elaborando un plan específico para el aprovechamiento del Nervión a su paso por Bilbao.
La Casa de las Mujeres que quieren los socialistas, o la concejalía de Igualdad propuesta por Aburto, serán otros aspectos a negociar.
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