Muere al caerse desde 6 metros tras huir con 20 euros del monasterio de Zenarruza, en Bolibar
El hombre y su cómplice trataron de escapar por un balcón al ser sorprendidos por un religioso cuando salían de una habitación
Un hombre falleció la pasada semana después de precipitarse al vacío desde una altura de unos seis metros en el monasterio de Zenarruza, en la ... localidad vizcaína de Bolibar. El sujeto se cayó cuando trataba de escapar. Intentó descolgarse por una bajante de agua después de que fuese sorprendido por el prior de la congregación saliendo de su habitación. El hombre, un supuesto delincuente habitual, y su compinche se habían llevado sólo 20 euros que el monje guardaba en una cartera. Su cómplice abandonó a su amigo malherido, que fue atendido por los religiosos hasta que llegó la ambulancia. En ese momento estaba consciente, aunque con varios huesos rotos. Falleció más tarde en el hospital. «Una vida por 20 euros».
En una conversación con EL CORREO, el prior del monasterio, Antonio María, confesaba este miércoles la mala sensación que se le ha quedado por lo ocurrido. Explica que no es la «primera ni la segunda vez» que les entran a robar al monasterio, situado a los pies del monte Oiz y declarado «monumento nacional de Euskadi». Los ladrones -reconoce- suelen actuar sobre todo «a la hora de la siesta» o durante la misa de los domingos. Además, alguna vez algún turista despistado ha llegado hasta la zona de los dormitorios. Pero nunca les había ocurrido algo tan grave.
El intento de robo se produjo el martes de la semana pasada a mediodía, cuando los religiosos estaban limpiando la vajilla. Es probable que se colasen por alguna puerta abierta del edificio. El prior subió a su habitación a limpiarse los dientes cuando vio a dos sujetos saliendo de su cuarto. «¿Qué hacen ustedes aquí?», les preguntó. Los supuestos ladrones se pusieron nerviosos y trataron de salir rápidamente de allí. «En lugar de disculparse se marcharon a empujones», relata Antonio María.
«Te quedas mal»
Los hombres buscaron primero una salida por la zona que conduce a la iglesia, pero estaba cerrada. Fue entonces cuando se fueron hacia uno de los balcones, situados a seis metros de altura. El prior fue a avisar a sus compañeros. No le importaban tanto los 20 euros. Sólo esperaba que no se hubiesen llevado también la documentación de la cartera. Uno de los asaltantes se deslizó por la bajante de agua y, al parecer, animó a su compañero a hacerlo. Éste, sin embargo, estaba «bastante gordo» -detalla el religioso- y se cayó cuando trataba de bajar.
El hombre se rompió varios huesos de las piernas. Pero estaba consciente. Los religiosos llamaron al 112 y le atendieron. Le pusieron toallas y le humedecieron la frente. No se quejaba demasiado. El accidentado sólo decía que tenía sed y pedía agua, pero ellos no le dieron de beber por precaución, por el temor de que pudiese empeorar su estado de salud. Después fue trasladado en ambulancia y falleció en el hospital. «Te quedas mal», confiesa el prior. «Por un robo tan pequeño perder la vida».
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