«Superar lo de la MTV es muy difícil»

La entrega de premios de la cadena televisiva estadounidense, con una abundante nómina de estrellas internacionales, brilló, a su juicio, a la altura de lo esperado, pero el examen no estuvo exento de «complejidades» y desafíos de «última hora». Según Basañez, la gala demostró que «cualquier sitio» no podía albergar un evento de estas características y que el BEC era el «equipamiento ideal». La organización ha dispuesto de unas «comodidades increíbles» porque, aparte del Bizkaia Arena, contó con otro pabellón «para su backstage» y de un tercero para la celebración de la fiesta 'vip', que se desarrolló al término de la gala y concluyó a altas horas de la madrugada.

Si los últimos meses se aprovecharon para cerrar «flecos en los acuerdos», el «curro de montar el escenario» ha llevado «casi más tiempo» que la consecución del propio espectáculo. «Desde el pasado 26 de octubre hemos vivido una locura porque se han trabajado, a turnos, casi las 24 horas del día. Se han barajado muchas cifras, pero en los últimos días ha habido más de mil personas trabajando simultáneamente en el BEC. Y el domingo, probablemente, esa cifra se duplicó al incluir al personal de seguridad, a las azafatas y a los empleados de hostelería».

Pese a tenerlo todo bajo control, el principal responsable de la Feria de Muestras admite que ha sufrido «algún desvelo» en la recta final por las condiciones que impuso la organización en el diseño de los cinco escenarios. «La producción ha sido complicada -explicó- porque en algunos momentos había colgados del techo 97 toneladas de aparatos de música, luz, sonido y cámaras». Basañez confesó ayer que «hubo incluso un momento» en que a los técnicos de la MTV les parecía «escasa la altura del pabellón. Querían más metros». El funcionamiento de las jacenas les supuso también una dificultad añadida que finalmente solventaron. El director general del BEC explicó que las complejidades técnicas se resolvieron «seguramente» porque la gala terminó «adaptándose» a las condiciones del recinto, que albergó entre 8.500 y 9.000 personas.

Aparte de los problemas técnicos, otra de las dificultades que tuvieron que sortear desde el BEC fue la «enorme cantidad de gente» implicada en la preparación de un montaje con un impacto mediático «cada vez mayor». Las complicaciones se acentuaron «porque las peticiones nos llegaban desde muchos flancos. Unos preparaban la alfombra rosa, mientras otros diseñaban la 'party', la producción o el catering. A veces, unos te pedían una cosa y otros, la contraria. Pero es la única forma de llevar a cabo un espectáculo de estas características», ensalza.

Con todo dispuesto, Basañez reconoce que pudo «disfrutar» de la gala porque estaba convencido de que iba a salir bien. «Los peores momentos se pasan hasta la hora de arrancar el concierto y apagarse las luces. Es como la inauguración de una feria. Los nervios permanecen hasta que se completa el acto, pero el resto fluye».

Otro inconveniente con el que tuvieron que batallar está relacionado con la seguridad, derivada de la alta presencia de asistentes -entre 2.000 y 2.500- que «tenían tratamiento 'vip'. Al final, te hace estar muy al tanto y pendiente de que todo salga bien», aseguró Basañez, que pasó gran parte de la mañana del domingo en el recinto para comprobar que «todo estaba tranquilo. Sabía que las cosas iban a salir perfectas».

De entre todas las actuaciones, se queda con la de la cantante estadounidense Helsey por el «brutal» espectáculo de agua que acompañó su escenografía y la labor de la presentadora. «A ver cuándo repetimos una de éstas, pero no lo sé. Como no traigamos los Oscar... Superar esto va a ser muy difícil. No es broma», concluyó.