La torre de Urduliz estrena fachada

El rascacielos está ahora pendiente de la segunda fase de la rehabilitación, que aún no ha salido a concurso, y que pretende dotar al edificio de instalaciones eléctricas, fontanería y aire acondicionado para su puesta a punto como lugar de trabajo. Aún se desconoce cuántas oficinas habrá y cómo se distribuirán, según apuntan desde la entidad, ya que incluso sus diferentes plantas podrían albergar otras actividades si un estudio determina que son compatibles. En un futuro, indican fuentes forales, el equipamiento será subastado en régimen de compra. Ahora queda adaptar las entrañas del edificio, en cuyo interior se vivirá una nueva etapa. La segunda fase está valorada en unos tres millones, si bien los licitantes podrían ajustar el precio por el que se realicen las obras.

Los trabajos se adjudicaron en marzo de 2016 y comenzaron en verano de ese año, por el mal estado de la emblemática torre. Pero el origen del proyecto data de los años noventa, cuando el área foral de Hacienda adquirió en concepto de embargos la finca de 12.357 metros cuadrados en la que se encuentra la torre. La entidad foral Azpiegiturak y la dependiente del Gobierno vasco, Sprilur, fundaron en 2002 Urdulizko Industrialdea para dar forma al proyecto. El edificio que fuera 'techo' de Uribe Kosta en su día ha vivido épocas de esplendor.

Referente

Mecánica de La Peña se remonta a la década de los cuarenta, cuando nació en el barrio bilbaíno de La Peña. Luego llegó a Urduliz. Fue el empresario Alberto Erhardt quien la puso en marcha, y piezas de un tamaño imposible salieron de su interior para recorrer miles de kilómetros hasta llegar a sus clientes. Mecánica de La Peña albergó a una gran plantilla -400 personas- y se erigió como un referente en Bizkaia. La crisis de la empresa estalló el 15 de mayo de 1999 al presentar la suspensión de pagos. No hubo acuerdo entre la compañía y acreedores, por lo que el proceso terminó con la liquidación de la entidad. No solo la Diputación adquirió una fracción del patrimonio en concepto de embargos, ya que parte de los pabellones fueron vendidos por los extrabajadores a empresas como Lointek. El edificio se ha mantenido impasible mientras ha visto desde las alturas el desarrollo que se ha vivido en Urduliz en las últimas décadas. Ahora afronta la segunda fase de un proyecto gracias al que podrá modernizarse y tener una segunda oportunidad en el área empresarial de Uribe Kosta.