«Quiero que termine la pesadilla que está viviendo 'Begi'»
Llevan a juicio al dueño de un perro por «maltrato», «estado de abandono» y «nula salubridad» hacia el animal
Apenas se mantenía en pie. El perro estaba enrollado en una valla, no tenía agua ni comida al alcance. Cree que podría llevar así ... varios días, «se le marcaban de manera extrema las costillas», describe la denunciante, que ha decidido llevar el caso por la vía judicial para «poner punto final a la pesadilla que estaba viviendo Begi», nombre de este can que vive en un terreno rural en Lemoiz. El juicio ha sido este martes. Ambas partes se sentaron en el banquillo y una de ellas expuso una crónica que se alarga siete meses.
Tres episodios marcan el camino hasta la vista. Todo arrancó en febrero con unos mensajes de Whatsapp en los que el perro aparecía «atado en corto a un cable corredizo». La imagen le impactó. El caso, al parecer, no era nuevo. «Luego conocí que existían varios avisos por el mal estado en el que vivía este perro». Se acercó por primera vez hasta el terreno y comprobó que el mensaje era real. «Me parecieron unas malas condiciones para el animal». Decidió entonces hacer un seguimiento del caso.
Las visitas se repitieron y el grado de preocupación fue aumentando. «Un día me encontré a Begi con otro animal –al parecer, una cabra- muerto a su lado. Estaba ya en estado de putrefacción…», recuerda. Fue la primera vez que la Ertzaintza intervino en este caso, no la última. Tiempo después los agentes volvieron a personarse en el lugar tras recibir otro aviso. «Como me quedé preocupada volví a pasarme para ver su situación. Estaba ya en unas condiciones extremas, totalmente enredado a la valla exterior en una de las esquinas», describe.
«Trató de huir»
Cree que podría llevar en ese estado varios días. «Estaba muy delgado, se le marcaban las costillas y al estar enganchado no tenía acceso a agua ni a comida». La patrulla que intervino rápidamente llenó una bolsa con agua y fue rehidratando poco a poco al animal. «Le dije que estuviese tranquilo, que le sacaríamos de ahí», recuerda la denunciante, al ver que el perro «trató de huir» del sitio.
El informe que redactaron los agentes, detalla que «la cadena apenas le permitía moverse, habiendo una distancia de unos 40 centímetros entre el can y la valla». «Presenta un aspecto famélico y con heridas en las patas», añadían. Una educadora canina que vio las imágenes detalló que su estado denotaba una «nula salubridad». «Un maltrato claro», añadía.
De manera que el perro fue trasladado a una residencia canina y ella interpuso una denuncia. Lleva en ese lugar hasta la fecha, a la espera de lo que se decida en la vista que tuvo su primer episodio el martes. Para ese mismo día, a las 9.30 horas, había convocada una concentración en el Ayuntamiento de la localidad para denunciar estos episodios. Fue minutos antes de que arrancase el juicio que, espera, «sirva para terminar con la pesadilla» y permita «encontrar una nueva familia para Begi».
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