Lucía Orbe: «Cuando levanté la piedra de 100 kilos, superé mis límites»
La harrijasotzaile getxotarra es la primera mujer en batir este récord en herri kirolak
Ane Ontoso
Getxo
Martes, 6 de junio 2023, 15:57
Lucía Orbe Guijarro (Bilbao, 1989) se ha convertido en la primera mujer en levantar una bola de piedra esférica de 100 kilos con seis alzadas en 5 minutos. Abadiño fue testigo, sumergido en las fiestas de San Trokaz, en ver cómo la getxotarra doblaba el récord de su predecesora, la urnietarra María José Sardón, que logró ser la campeona de Euskadi con tres alzadas en el mismo espacio de tiempo. Una marca que ha conseguido con Getxo Herri Kirolak de la mano de Félix Campos ('Ogikiñe I'), Jon Peter Scott, y también Unai Ardeo, que le entrena en otras disciplinas. Subraya, asimismo, que se ha encontrado «con gente muy dispuesta a ayudar».
Licenciada en química, la harrijasotzaile ha pasado por el laboratorio y la unidad de innovación de Petronor, donde en la actualidad forma parte del equipo de procesos. Se considera amante de la lectura y, sobre todo de los viajes, para los que siempre saca tiempo, igual que para las quedadas con la cuadrilla.
Todo comenzó por casualidad en 2019 cuando, buscando un gimnasio, su hermano Pablo y una muy buena amiga le animaron a apuntarse a 'Iruka CrossFit'. Y le «enganchó». Un buen día, a ella y otras chicas les animaron a probar en el deporte rural vasco, desde 'lokotx-bilketa' (recogida de mazorcas), alzamiento de yunque o carrera de sacos, hasta levantamiento de carro y carrera de 'txingas'. A Lucía le enganchó la piedra.
– ¿Qué ha supuesto este hito?
– Con los herri kirolak, como el crossfit, he visto que era capaz de mejorar los resultados, superar mis límites. Me han enseñado que nunca hay que rendirse, ni cejar en el empeño. Pero no solo en el deporte, también en otros ámbitos. Es una experiencia vital importante.
– ¿Cómo es ese momento en el que tiene 100 kilos de peso entre sus manos?
– Aunque sepas que estás cansada, tienes que aguantar, es el momento de darlo todo. En el deporte aprendes a sufrir, en el buen sentido de la palabra.
– ¿Cuánto hay de trabajo mental?
– Mucho. Tengo la sensación de que las semanas previas se creó mucha expectación y en un momento dado tuve que hacer un ejercicio consciente para manejar la presión y los nervios, que me hicieron dudar de si sería capaz. Mis compañeros, amigos y familia me animaron y me apoyaron. Al final, fui con la idea de demostrar lo que había entrenado, disfrutar y dar mi mejor versión.
– Empezó en el pentatlón.
– Sí, lo que más me gusta es la piedra y la aizkora (corta de troncos. En el crossfit, la halterofilia.
– Se necesita mucha fuerza para ello.
– Siempre he sido grande y he visto que soy capaz de hacer cosas que jamás pensé. Creo que tengo habilidad natural para la fuerza.
–La progresión ha sido visible.
– Estoy contenta con ella, no sé si realizada, pero sí me siento feliz. Pensaba que era incapaz de hacer dominadas al pecho, andar haciendo el pino o hacer flexiones de pino, habilidades que si me llegas a preguntar hace años... Con esfuerzo, se puede mejorar. En lo gimnástico es cuestión de manejar el propio peso corporal.
Respeto al descanso
– ¿De dónde saca tiempo para todo?
– Me apaño fatal (risas). Intento entrenar tres días para herri kirolak y tres para crossfit. Si estoy en plena temporada me centro más en ello.
– ¿El descanso tiene cabida?
– Es fundamental para recuperar. Si no, puedes tener sobreentrenamiento, el cuerpo demasiado machacado y no responde. Hay que respetar los tiempos.
– ¿Y la alimentación?
– Es muy importante también. Me ha gustado comer y comer sano, de siempre. Sin ir más lejos, mi plato favorito es la coliflor. Pero como mucha cantidad, eso es lo que tengo que controlar. También soy muy social y me gustan la cerveza y el vino, o la pizza de vez en cuando. Pero desde que compito, sí noto que cuando descuido un poco, tengo menos chicha.
– ¿Encuentra mucha competitividad en las plazas?
– Me he encontrado una competición sana y amistosa. A veces son individuales, pero otras son en pareja y las que un día son mis rivales, otro son compañeras. Hay buen ambiente de camaradería. Me he encontrado, además, con gente muy dispuesta a ayudar, personas que me han abierto la puerta de su casa sin pedir nada a cambio, solo porque les gusta. Estoy muy agradecida a la escuela Zelai y Zelailuze, Izeta, Ostolaza, y en 'aizkora' a Ramiro LLanos y Xabier Zaldua.
– ¿Cómo le va en un deporte que siempre se ha mostrado masculino?
– Se nos está dando mucho espacio. Ya había mujeres, pero ahora se nos da más visibilidad, quizá es más fácil la difusión con las redes sociales. Se están haciendo esfuerzos para que las chicas podamos competir y los hombres nos están ayudando. Sí creo que aún quedan unos años para llegar al mismo nivel de desarrollo, necesitamos algo más de tiempo para perfeccionar.
– Se ha convertido en un referente. Incluso hay niñas que le han dibujado levantando la piedra, ven que pueden ser fuertes.
– Sí. Aunque pienso que esto no entiende de géneros, ni tampoco de edades, es cuestión de ponerte una meta que te guste y esforzarte para lograrlo.
– ¿Puede que ahí resida la clave del éxito?
–Puede (sonríe).