Las mamparas anticovid comienzan a desaparecer de los ambulatorios pese al repunte de la pandemia
Sanitarios denuncian que estas protecciones servían también como barrera ante las agresiones, pero que están siendo retiradas «por una cuestión de imagen»
Las mamparas anticovid que Osakidetza instaló en los ambulatorios y centros de salud contra el coronavirus han comenzado a desaparecer. Según denuncia el sindicato ESK, ya han sido retiradas del ambulatorio de Rekalde, del de Santutxu- Solokoetxe y del de Doctor Areilza. Además, ya las han quitado también en varios centros de la Margen Derecha, como el de Erandio, Leioa... La central critica que la Subdirección para la Coordinación de la Atención Primaria comunicara a las comarcas sanitarias en las que se divide Osakidetza que siguieran esta recomendación del plan para la recuperación de la actividad asistencial ordinaria. Las mamparas, aseguran, protegen a los administrativos y auxiliares, principalmente. Llevan años pidiéndolas por seguridad, para proteger a la plantilla no sólo de enfermedades, sino también de posibles agresiones. Después se generalizaron por la pandemia. Y mientras en diferentes ámbitos de atención a la ciudadanía, tanto públicos como privados, se mantienen, en varios ambulatorios las retiran, a su juicio, por el deseo de devolver a los centros «una imagen de presencialidad» sin tener «en cuenta» las necesidades de los trabajadores en pleno repunte de la pandemia.
Además, recalcan, estas mamparas también servían como elemento protector contra las agresiones que sufre el personal. «Hay una gran sensación de inseguridad entre los auxiliares, celadores y enfermeros, que son los que pagan la ira de los pacientes abocados a esperar demasiado. Osakidetza no se preocupa en exceso de que no existan agresiones contra su plantilla y el personal que atiende al público en primera línea se sentía más seguro detrás de estos elementos. Pero han decidido quitarlas unas personas que nunca van a sufrir una agresión porque están encerraditos ern sus despachos y no en primera línea».
De hecho, recordaron que el pasado abril un inviduo irrumpió por la mañana en el área administrativa del ambulatorio de Doctor Areilza, cogió los palos del caballete de información y comenzó a romper el mobiliario. Precisamente, arremetió contra las mamparas del área de atención al público. Ahora ya no existe esta «barrera».
De momento, la decisión no está afectando a los hospitales. El personal de Basurto demandó estos elementos después de que un joven de 30 años empotrara su coche contra las lunas y penetrara muy enfadado en la zona de enfermos para que atendieran a su hermano, que estaba indispuesto, y por los constantes «insultos, amenazas e incluso agresiones, como escupitajos o el lanzamiento de un ordenador, que sufren los trabajadores». Fue en abril de 2019, un año antes de que el covid generalizara las mamparas.