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La clínica de Zorrozaurre va quemando etapas en su proceso de ampliación y ya está inmersa en la tercera fase de la reforma, que terminará, ... si todo discurre según lo previsto, en el último cuatrimestre de 2025. Lo que ahora está concretamente en marcha es la distribución de la tercera planta, lo que viene a ser dar cuerpo a las 'tripas' de ese nuevo espacio que ha ganado en altura y que desde hace meses es muy visible.
Recapitulemos: el tajo arrancó con el reforzamiento de los pilares del edificio para que fuese capaz de soportar el peso de la nueva planta; y luego llegó la construcción de esa nueva planta, la tercera. Esto último, el levantamiento de la nueva estructura, «finalizó el pasado mes de febrero», explica Jorge Díez, director de Servicios Generales y Sociedades Participadas de IMQ. Y un mes después, en marzo, arrancó la fase actual, en la que se está llevando a cabo la distribución de los espacios en la zona. Ahí irá una nueva «unidad de hospitalización, endoscopias, consultas externas... Son un total de 3.900 metros cuadrados más».
En realidad, esa distribución también se va a extender al resto de alturas porque la ampliación va a suponer una reconfiguración de buena parte del edificio. Es decir, tras terminar con la tercera, la nueva, se acometerán reformas en la 1, 0 y -1. ¿Y la 2? «Es una planta intermedia donde están las instalaciones de la clínica», explica Díez. Es lo que antes era el techo y ahí se ubica el aparataje necesario para el funcionamiento del IMQ (aire acondicionado, electricidad, etcétera).
En la primera planta, a la que los trabajos llegarán tras terminar con la tercera (previsiblemente en diciembre), se ampliará básicamente la actividad quirúrgica; en la 0 se redistribuirán las Urgencias y las consultas externas; y en la -1 hay que reconfigurar los servicios que se encuentran allí, con ampliaciones de «vestuarios, cocina, esterilización...». Todas estas últimas actuaciones serán más delicadas porque, a diferencia que en la tercera planta donde se está llevando a cabo la obra ahora, en el resto del edificio sí se está funcionando; en todo caso, Díez avanza que se minimizará el impacto que pueda tener el tajo en los usuarios de la clínica.
También recuerda que todo lo anterior, la ampliación y redistribución del edifico principal, se complementa con la planta baja y la -1 que IMQ ha comprado en el edificio ubicado en la parcela de al lado, construido por Visesa. «Ya está levantado frente al puente de Frank Gehry, y en cuanto nos lo entreguen empezaremos a trabajar». La empresa confía en que eso ocurra a comienzos de 2025 con vistas a terminar unos meses después y culminar toda la reforma -ahí y en el edificio principal- a finales del próximo ejercicio. Será entonces cuando se trasladarán los servicios que ahora se prestan en la instalación de la Virgen Blanca, integrando así toda la actividad de la clínica.
El ánimo del Igualatorio es aplicar las enseñanzas dejadas por la pandemia del covid a la hora de organizar su funcionamiento. Así, en el edificio de Visesa se concentrarán las consultas externas de tal modo que «se separe la actividad ambulatoria de la hospitalaria», que se quedará en el edificio principal. El coste total de esta operación que cambiará radicalmente el IMQ de Zorrozaurre es de 25 millones.
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