Siete heridos, dos graves, al incendiarse un primer piso alquilado en La Peña

Con las imágenes de aquel incendio en la cabeza, Dreide, residente del piso contiguo al siniestrado, empezó a «correr como una loca» al ver salir el humo de su bloque y recibir una llamada de una vecina que le alertaba del suceso. A esa hora ella estaba regresando de trabajar. «Tenía a mis dos perritos en casa y no me dejaban pasar. Al final, me he colado», confesaba la mujer mientras paseaba a sus pequeñas mascotas, Cloe y Kira, por el barrio. «Olía a quemado y al principio pensé que iba a pasar como en aquel verano que el edificio quedó destrozado ahí un poco más allá», indicaba en referencia al fuego de dos años antes.

Después de tomarse «una valeriana» y tranquilizarse un poco, la mujer agradecía haber podido salvar a sus perros. «Está todo lleno de agua y no hay luz en el portal, pero a casa hemos podido entrar», se sinceraba. «Los Bomberos -añadía- nos han dicho que aún no sabían las causas del incendio».

En la vivienda donde se desató el foco vivían alquiladas una mujer y su hija, aunque en el momento de los hechos se encontraban un total de seis personas. Al lugar del siniestro acudieron unidades de la Ertzaintza y la Policía Municipal de Bilbao, que tuvo que cortar el tráfico durante varias horas mientras se desarrollaban las labores de extinción. El inmueble tuvo que ser desalojado.

Los Bomberos rescataron con la autoescala a vecinos del primero y quinto piso, ya que sus viviendas estaban inundadas de humo. También hubo que auxiliar a una tercera persona que se había refugiado en la cocina del piso incendiado.

Aunque las llamas se iniciaron en la sala, el calor y la humareda se extendieron enseguida por el resto de la vivienda, que quedó destrozada. Horas después del suceso, los miembros del servicio de extinción aún seguían rociando con espuma el interior de las habitaciones, que seguían humeando. Las ventanas estaban abiertas de par en par para ventilar la estancia.

Además de los ocupantes del piso incendiado, el resto se intoxicaron por inhalación de monóxido de carbono al intentar salir a la calle porque la caja de la escalera estaba tomada por una atmósfera tóxica. En estos casos, los Bomberos suelen aconsejar confinarse en casa cuando hay humareda en el rellano, especialmente si el fuego se ha desatado en una vivienda inferior.

Nueve personas en total fueron atendidas por los equipos sanitarios de varias ambulancias desplazadas al lugar. Siete de ellos, dos graves, tuvieron que ser trasladados a hospitales, tres al de Cruces, otros tres a Basurto y uno más al de Urduliz, la mayoría por inhalación de humo, según explicaron fuentes cercanas al caso.