El Gobierno vasco gastará 384.000 euros al año en la seguridad de la central de Lemoiz
Hasta ahora el coste del cuidado de las instalaciones por parte de una empresa privada corría a cargo de Iberdrola
Mantener sin uso alguno la central nuclear de Lemoiz le va a costar al Gobierno vasco, al menos, 384.000 euros anuales. Es el importe del contrato de seguridad para vigilar unas instalaciones que pasaron al Ejecutivo autonómico en 2019 tras la firma de un convenio de cesión de terrenos con el Gobierno central y asumir así una construcción de Iberdrola. El gasto es nuevo para la administración de Iñigo Urkullu ya que antes la factura corría a cargo de la firma eléctrica, propietaria durante más de 35 años de una instalación que nunca llegó a entrar en servicio tras el duro azote de ETA.
La transferencia del Gobierno central a las instituciones vascas de los terrenos de la fallida central nuclear tiene gran importancia para el Ejecutivo de Urkullu. En un primer escenario que se planteó, Lakua aspiraba a convertir las instalaciones en una piscifactoría de última generación capaz de producir 11.000 toneladas anuales. Según sus previsiones, el centro generaría entre 350 y 550 puestos de trabajo en función del tamaño de la infraestructura. Hace casi dos años, la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, informó que un grupo noruego tenía interés en producir salmón de acuicultura en aguas de Bizkaia. Sin embargo, ese proyecto todavía no es realidad y no hay signos de que se vaya a realizar en un futuro próximo. Por el momento, lo que sí es segura es la factura anual que supondrá la vigilancia de las instalaciones.
El proyecto no convenció a EH Bildu, PP y Podemos. Los tres grupos cuestionaron que Iberdrola se desentienda de los suelos sin tener la obligación de devolverlos a su estado original. En el terreno, de 55.000 metros cuadrados -unos cinco campos de fútbol- se concentran 200.000 metros cúbicos de hormigón y 1.000 toneladas de hierro, como los esqueletos de lo que iban a ser sus dos gigantescos reactores, tomas de refrigeración de agua de mar y dos líneas eléctricas que debían dar salida a la producción de energía nuclear.
En un enclave natural espectacular, la central nuclear de Lemoiz es un reclamo para exploradores urbanos, 'youtubers' y curiosos que desean colarse de forma clandestina para observar cómo es el interior de las instalaciones. Para evitar que los intrusos accedan a la zona, Iberdrola tenía contratado un servicio de vigilancia, cuyo coste debe asumir ahora el Gobierno vasco. Para ello deberá contratar una empresa externa «al no disponer» el departamento de Pesca y Agricultura de «medios materiales y humanos necesarios para desempeñar los trabajos».
El servicio, igual al que tenía dispuesto Iberdrola, consiste en dos vigilantes armados. Uno en turno de 24 horas todos los días y otro de 22 a 6 horas de lunes a viernes y todo el día los fines de semana y festivos. El importe estimado para desarrollar esta labor asciende a 297.274 euros. También deberán disponer de un vehículo eléctrico para desplazarse por el área, cuyo gasto es de 8.940 euros. Además, tendrán a su disposición de un perro (5.808 euros). Asimismo, debido a la pandemia del coronavirus hay un gasto adicional en material sanitario que asciende a 6.023 euros. En total y con IVA incluido, el presupuesto es de 384.835 euros.
