Empieza la guerra del zurito en Bilbao
Hosteleros bilbaínos eliminan los tragos pequeños para «facturar más» pese a recibir una fuerte contestación de la mayoría de clientes
'Upper Ledesma', como se conoce popularmente la zona hostelera más pìja de Bilbao, protagoniza una revolución que tiene toda la pinta de alcanzar a ... otros rincones de la ciudad. Locales de enorme éxito como el bar de ostras El Puertito, la antigua cafetería Katy y Taberna Magnum, en Astarloa, -tres de los más potentes de El Ensanche y pertenecientes al mismo grupo empresarial- tomaron una decisión tan sorprendente como arriesgada al dejar de servir zuritos a los pocos meses del final del confinamiento.
Aseguran que el estallido de la pandemia marcó «un antes y un después» en el rumbo de sus negocios. Alegan que no les «compensa económicamente» la venta de «consumiciones pequeñas» y reconocen haberse volcado en las cañas e incluso 'cañones' para mejorar «los márgenes de rentabilidad». Este viraje ha provocado un 'efecto dominó' al sumarse otros establecimientos, aunque todavía de forma muy discreta, por el temor a quedarse en «fuera de juego» y perder la batalla «de la facturación».
Promenade, también en Ledesma, y el bar Pepi&to, no muy lejos, en el número 4 de Berástegui, solo sirven cañas, pese al escaso entusiasmo con que la inmensa mayoría de clientes ha acogido este cambio. De hecho, los bares de tapas Plaza, situados en Campuzano y la Gran Vía, han dado recientemente marcha atrás y han recuperado los vasos de menor tamaño ante las quejas de numerosos usuarios, amplificadas a través de las redes sociales. «Bastó que un tío, parece que algo famoso, nos pusiese a caldo en Twitter para que a mi jefe le entrase el miedo en el cuerpo y volviésemos al plan anterior», detalla un camarero.
«Con cafés y zuritos no sobrevivimos. Tenemos que elevar el tique medio de cada consumición»
Herrezuelo de Promenade
Limitaciones de aforos
Los cambios que vive el mundo de la hostelería y la restauración bilbaína, en opinión de Oscar del Hoyo, uno de los grandes agitadores del ocio local, parecen «imparables» en un momento marcado por la llegada masiva de turistas y con el sector viviendo uno de sus momentos más dulces. Del Hoyo pronostica que esta nueva moda saltará «pronto» a los pujantes ejes de Henao, Heros y Juan de Ajuriaguerra, donde se preparan nuevas aperturas, frecuentadas por un público «de más edad y de mayor poder adquisitivo».
No descarta incluso que esta decisión ponga en la picota «de forma definitiva» uno de los clásicos de la barra de cualquier bar y restaurante de Bizkaia, «Esto, desengañémonos, viene para quedarse. Ya sabemos que el zurito es una cosa muy nuestra desde hace muchísimo tiempo, pero... va a desaparecer con toda seguridad en sitios donde la gente tiene más de 30 años. Muchos clientes ya se escandalizan ahora al abonar más de 2,30 euros por una cerveza, pero con los zuritos no llegas ni a pagar la mano de obra», sentencia.
La limitación de aforos que trajeron consigo las restricciones sanitarias impuestas por el Gobierno vasco disparó la influencia de las terrazas para no perder comba. «Lo que no puede ser es que la gente se pase una hora con un zurito en la mesa. No voy a ser una gilipollas poniéndolos mientras otros establecimientos venden cubatas o cañas. Todo ha subido un montón y tengo que seguir pagando el sueldo de mis empleados», advierte Edurne Herrezuelo, gerente de Promenade.
«Si uno se sienta con un vasito, te arruina el día. No merece la pena porque en este negocio hay que exprimir al máximo la estancia», opina el portavoz de una importante compañía distribuidora. La preocupación de algunos empresarios les ha llevado a retirar de su oferta no solo los zuritos, sino también a abandonar la preparación de cafés con el objetivo de que los consumidores realicen un mayor gasto. «Con cafés no sobrevivimos y con zuritos, tampoco», reitera Herrezuelo.
Las diferencias son obvias. Si el precio medio de estos tragos -conocidos antiguamente como 'peniques' en la capital vizcaína- ronda, según las zonas y el tipo de establecimientos, los 1,50 euros, aunque muchos los venden a 1,70, el de las cañas fluctúa entre los 2.50 y los 2,70, y el de los cañones supera los tres. No obstante, establecimientos de barrios con precios más accesibles como Sarriko ofrecen 'cañones' desde 2,40 en un intento por atrapar más clientes. Las tarifas, muy poco homogéneas, varían, asimismo, en función del público. Locales de la calle Correo del Casco Viejo, atestada de turistas, han elevado el listón, con zuritos a 2,10 euros la unidad. Por el contrario, los espacios frecuentados especialmente por jóvenes -con Pozas a la cabeza- «con mucho menos dinero» en absoluto se plantean eliminar los vasos de menor tamaño.
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Fabricantes de algunas de las marcas de cerveza con mayor tirón en el mercado vizcaíno enmarcan este nuevo escenario en la «necesidad» de «elevar el tique medio» y acabar con la 'tiranía' de los productos acabados en 'ito'. «Marianito, zurito, montadito... Hoy todo es pequeño en Bilbao, por lo que los márgenes se están reduciendo de una manera increíble y todo acaba siendo más complicado», esgrimen.
Las mismas fuentes aseguran que el incremento del cereal y de los costes energéticos obligarán a los hosteleros a aumentar los precios desde principios del próximo año, pese «al riesgo» que esta corrección acarreará entre la clientela. «Produce vértigo solo pensarlo, pero debemos ir considerando que a partir de enero los zuritos se venderán probablemente a dos euros para que los hosteleros puedan cuadrar las cuentas. La subidas serán bastante importantes y oscilarán entre el 10% y el 12%. Los clientes están condenados a tener que pagar mucho más. Las cañas subirán 20 céntimos como mínimo y los zuritos, entre 16 y 17. No cabe otra alternativa porque tienen que vivir», prevén.
«Que se vendan cañas o zuritos es lo de menos. Cada uno sabe dónde está su negocio»
Héctor sánchez (AHB)
«Que hagan lo que quieran»
Boni García, presidente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia (AHB), defiende la «política de empresa y plena libertad» para que cada «hostelero haga lo que quiera. Se trata de una medida totalmente legítima, del mismo modo que hay quien decide no vender marianitos y mantener los vermús tradicionales», subraya. Héctor Sánchez, gerente de AHB, descarta que esta nueva situación abra una 'guerra' en el gremio y defiende que «cada empresa tiene que ver lo que es mejor para sus intereses. Que vendan cañas y zuritos es lo de menos. Cada uno sabe dónde está su negocio», afirma.
En la misma línea se expresa Félix Parte -propietario del Víctor Montes y del Amaren, entre otros restaurantes-, quien no tiene ninguna intención de retirar los zuritos de sus locales. En Bilbao ahora mismo la venta de cañas se impone «por goleada», sobre todo entre la gente de más edad. Parte comprende que si muchos hosteleros eliminan los tragos más pequeños de sus locales es porque no se atreven a cobrar «dos euros por vasito».
Las cifras
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10% El precio de la cerveza subirá entre un 10% y un 12% a principios del próximo. Los expertos barajan que los zuritos pueden pasar a costar dos euros, circunstancia que provoca «vértigo» entre los hosteleros por el posible rechazo del público.
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30-40 años. Los clientes de estas edades tiran más de cañas que de zuritos, según las compañías cerveceras que dominan el mercado bilbaíno.
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