El color butano ya no manda en las bombonas
Cepsa espera arañar con sus envases más modernos, ligeros y manejables el 25% de cuota de un mercado monopolizado hasta ahora por Repsol
Jesús L. Ortega
Sábado, 3 de octubre 2015, 01:14
Los usuarios vascos de butano tienen a partir de ahora una alternativa a la tradicional botella naranja, una opción de la que ya gozaban en el resto de la España peninsular. Y es que han tenido que pasar 16 años para que Cepsa comercialice sus sensiblemente más ligeros envases grises de butano y propano en Euskadi, la única comunidad -a excepción de Baleares y Canarias- en la que aún no los distribuía.
Según explicaron ayer en su presentación el director comercial de Cepsa, Álvaro Díaz Bild, y su director de gas licuado, Felipe Henriques, la compañía lanzó en 1999 su propia bombona de butano, un envase que se asemejaba a un barril de cerveza y que, gracias a las innovaciones que incorporaba y sobre todo a su menor peso, consiguió romper el monopolio absoluto que ejercía Repsol. Hoy, de los 65 millones de botellas que se consumen al año en España, el 75% son naranjas, el 20% grises y el resto de otros operadores minoritarios.
Su comercialización comenzó entonces por el sur del país -las plantas españolas de Cepsa están en Huelva y Cádiz- para extenderse de forma gradual hacia el norte, pero en 2009 el Ministerio de Industria estableció una fórmula de precios que ocasionó que las compañías tuvieran que vender a pérdidas su butano durante los años siguientes. Un periodo, hasta 2013, en el que Cepsa paralizó todas las inversiones de su negocio de envasado y su desarrollo comercial. En junio de 2012, el Tribunal Supremo estimó el recurso interpuesto por los operadores del sector contra aquella orden ministerial y en 2013 se implantó una nueva fórmula de precios que posibilitó volver a impulsar el negocio del butano.
Con el nuevo panorama, Cepsa elaboró un plan de desarrollo comercial a tres años en el que, con una inversión de 50 millones de euros, espera ganar cuota de mercado en las comunidades donde ya tiene una presencia significativa, lograr mayor penetración en las que aún es escasa y entrar en los mercados donde no estaba, como Cataluña, donde comenzó a vender sus botellas hace justamente un año, y ahora en el País Vasco.
300.000 botellas en Euskadi
Su objetivo es alcanzar una cuota del 25% tanto en el conjunto de España como en Euskadi, lo que supondría vender en esta comunidad unas 300.000 botellas de las 1,2 millones que se consumen al año.
Para conseguirlo, una de las principales bazas de la botella de Cepsa es su menor peso. Aunque el contenido de butano es el mismo (12,5 kilos), su bombona pesa vacía 7,5 kilos, casi la mitad que la de Repsol, que ronda los 13,7 kilos. Y aunque una reforma del Gobierno de junio de 2014 permite liberalizar el precio de las botellas que pesen en vacío menos de 9 kilos, Cepsa ha decidido mantener el mismo coste que si se tratara del precio regulado para la bombona tradicional, que desde el pasado 15 de septiembre es de 12,76 euros, un 27% menos que los 17,5 que costaba a principios de año.
La actual botella de Cepsa ya no es similar a un barril de cerveza sino que tiene unas formas más redondeadas, destacando su novedosa asa guardaválvulas que permite tanto cogerla con facilidad como transportarla en vehículos particulares protegiendo la válvula de posibles golpes. Además incorpora un microchip que mejora la seguridad en su proceso de llenado.
Para su distribución -los pedidos se pueden hacer por teléfono, internet o a través de una aplicación para el móvil-, la compañía cuenta ya con 40 puntos de venta directa en Euskadi -casi todos gasolineras de la propia Cepsa- y siete vehículos de reparto, aunque a final de año espera alcanzar los 65 puntos de venta y 12 vehículos. Su compromiso es realizar las entregas en 24 horas.