Las vaquillas dejan diez personas heridas en Durango
Los 'Zezenak Dira' vuelven a llenar las calles desde primeras horas de la mañana en una tradición llena de historia para celebrar los San Faustos
Eran las 7.30 horas de la mañana y la plaza de Santa Ana de Durango, coincidiendo con el día grande de las fiestas, comenzaba a llenarse. Algunos habían madrugado; otros, simplemente, aún no habían regresado a casa. Todos compartían expectación y nervios mientras aguardaban la salida de las vaquillas. Tras varios minutos de espera, el primer ejemplar apareció entre los reflejos de las farolas. Así ha comenzado la tercera jornada de los 'Zezenak Dira', una de las tradiciones más arraigadas en la festividad de San Fausto.
«Es una sensación difícil de explicar, una mezcla de respeto y adrenalina», ha comentado Iker Pérez, de 23 años, que acude cada año a correr. Por su parte, Maialen Landa, de 18 años, lo ha vivido detrás de la barrera. «No participo, pero me encanta ver el ambiente. Desde primera hora ya hay gente rondando por las calles, incluso familias enteras, y se respira algo especial. Es la forma que tiene nuestro pueblo de despertar a lo largo de estos días de celebración», ha asegurado. Entre los asistentes, se ha podido ver a Eneko Andueza, Secretario general del PSE de Euskadi, que con pañuelo tradicional al cuello, se ha puesto delante de los astados.
El origen de este evento se remonta al año 1546, según recogen documentos municipales. En el transcurso de cinco jornadas festivas, y durante unas dos horas cada mañana, la vaquilla ensogada recorre las calles del casco histórico. Por ello, se habilitan entradas y salidas entre Kalebarria y Komentukalea, Andra Maria y Kurutziaga, Andra Maria y Ezkurdi, y entre Barrenkalea y San Agustinalde. Allí, decenas de vecinos observan desde las gradas y los balcones de los edificios de la zona cómo los participantes, guiados por la cuerda, se enfrentan con destreza a los movimientos del animal. «Todos los años madrugan cientos de personas para verlo. No importa el frío o el cansancio», ha explicado un voluntario de la organización.
El Ayuntamiento ha reforzado en los últimos años las medidas de seguridad, control de aforo y asistencia médica. En esta edición cuentan con cuatro ambulancias y una veintena de profesionales sanitarios de la Cruz Roja. Junto a estos, colaboran la Policía Local, la Ertzaintza y voluntarios. En total, según ha informado la organización sanitaria, «diez personas han resultado heridas esta mañana, seis atendidas leves, dos trasladadas al hospital de Galdakao y otras dos al PAC del ambulatorio de Landako». Estas se suman a las siete accidentadas del sábado y a las siete del domingo.
Asimismo, el acceso al graderío, situado en Santa Ana, requiere un ticket gratuito que se recoge en el Museo de Arte e Historia de la localidad. Las plazas —alrededor de 132 por acto— están reservadas principalmente a menores de 16 años. A modo de novedad, han incorporado un espacio bajo las gradas con barrotes, conocido como «jaula», con el objetivo de que los corredores se puedan resguardar o dirigido a quienes únicamente quieran ver el espectáculo a pie de calle.