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«La visita a Landako con cita previa es más íntima»
El público que se ha acercado a la Durangoko Azoka en esta primera jornada agradece no encontrarse con un pabellón abarrotado
NAHIKARI CAYADO
DURANGO
Sábado, 4 de diciembre 2021, 18:26
Las terrazas de Durango se van llenando a cuentagotas. El tiempo no acompaña y la imagen que muestra la villa a las cinco de la ... tarde poco o nada tiene que ver con la que estábamos acostumbrados a ver en plena Azoka. En las inmediaciones de Landako, corazón de la plaza de la cultura más grande de Euskal Herria, la fotografía es parecida. La cuadrilla compuesta por Aitziber, Amaiur, Nora, Ainara y Miren hace cola en la puerta de Plateruena para ver en directo a Katez. Con el móvil en mano y el código QR preparado, cuentan que han venido desde Hernani para pasar el día en la villa. «Venir a Durangoko Azoka es una cita obligatoria para nosotras, como una tradición», indica Amaiur bajo el paraguas. El plan siempre es el mismo, «visitar Landako Gunea, comer, ver conciertos, pasar por los demás espacios y quedarnos de poteo hasta la noche».
Cuentan que reservaron la cita para visitar Landako minutos después de que se abriera el plazo para apuntarse. No querían quedarse sin plaza, y aunque lamentan que la Azoka no se pueda celebrar sin restricciones, aseguran haber estado «más a gusto que nunca» en el interior de Landako Gunea. «La marea humana que se formaba en Landako nos impedía acercarnos a los stands y nos perdíamos muchas cosas. Hoy, en cambio, hemos podido charlar con los creadores y realizar una visita tranquila», señalaban.
En el interior, Lander Arrien acaba de comprar el último libro de Kirmen Uribe, 'Izurdeen aurreko bizitza' para su padre, Juanjo. Es uno de los «muchos» encargos que le ha realizado su familia y que trae apuntados en una lista. El joven de Gernika también agradece que el pabellón de Landako no estuviese abarrotado. «Gracias a la cita previa parece que la visita es más íntima, como si fuera personal, por la tranquilidad que tenemos para charlar con creadores y pasear por los pasillos», comenta.
Los hosteleros de Goienkale, la calle de bares de Durango, también dicen haber pasado una mañana «tranquila», aunque el panorama ha cambiado sobre el mediodía. «La hora de comer ha sido la hora punta. Estábamos a tope, pero lo llevamos bien. De momento no nos hemos visto desbordados. aunque no sé si podré decir lo mismo a partir de las ocho de la tarde», ha lanzado el camarero de uno de los bares más transitados de la zona.
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