«Para ser graciosos necesitamos recuperar la libertad que teníamos de niños»
Pablo Gomis, que ha girado siete años con el Circo del Sol, enseña su experiencia y talento en las jornadas Topaklown de Durango
MARTA GOIKOETXEA
Jueves, 13 de abril 2017, 23:41
La risa sigue siendo «un misterio» incluso para los profesionales del humor con mayor bagaje. Bien lo sabe el clown alicantino Pablo Gomis, que ha recorrido más de medio mundo mostrando la versión más ridícula de sí mismo. Desde hace una década combina su labor como actor, pedagogo y director con su trabajo de clown y bufón en los espectáculos Alegría y `La Nouva con los que ha girado por Europa, América y Asia como miembro del Circo del Sol. Además, ha viajado de escenario en escenario con su espectáculo Nosferatu in Love y su propia compañía Les Bouffons, que fundó en 2002. Durante estos días, el especialista en provocar emociones trasmitirá su talento mediante el curso El arte del clown que impartirá hasta el domingo en la quinta edición de las jornadas Topaklown en Durango. Además, esta noche, a las 22.00 horas en el teatro San Agustín, se meterá en el papel de un Nosferatu enamorado que desea encontrar el amor de su vida.
«Depende de muchos factores que un gag funcione. Haces uno que resulta gracioso una vez y sin saber el motivo, al siguiente pase ya no funciona o no, con tanta intensidad. El humor juega en función del tiempo que dura, el público, las horas del día, el país, el propio estado de ánimo del actor, hasta el mínimo detalle influye. Por eso hay que intentar ser consistente, hilar muy fino e intentar que funcione cada día. Aun así la risa sigue siendo un misterio interesante», indica el actor.
Los siete años que ha estado girando por el mundo con el Circo del Sol le han permitido perfeccionar su técnica y absorber una valiosa experiencia. «Haces los mismos números 300 ó 400 veces al año y esa experiencia no la había tenido nunca. Eso te permite un nivel de profundización muy exhaustivo en lo que haces. Te fijas en que un gag con medio segundo más o menos puede o no funcionar», explica.
En este sentido, advierte que a pesar de que «todos hemos sido graciosos alguna vez, aunque sea de niños», el código del humor no es universal. «Teníamos un número en el que dos payasos discutíamos y unos de ellos le agarraba de la goma del pantalón y miraba hacia abajo como si le observara el pene. En los países occidentales funcionaba pero para los asiáticos como Taiwán o Corea del Sur tuvimos que cambiarlo porque los temas escatológicos no les resultan graciosos. En cambio, hicimos que el payaso sacara un muñeco del pantalón y como les encantan los peluches, funcionó», recuerda.
"Sacar la parte imperfecta"
Todo ese bagaje será el que podrán absorber los aficionados y profesionales del clown en las clases formativas que impartirá hasta el domingo en Durango. «Necesitamos recuperar la libertad que teníamos de niños para ser graciosos. Por eso en el curso les enseño a descubrir el payaso que todos llevamos dentro a través de juegos. Tenemos que sacar esa parte imperfecta que intenta ser perfecta. Ir descubriendo qué cosas funcionan, el ritmo, qué relación se tiene con el público y entre parejas, entre otros aspectos. En base a improvisaciones vamos a ir descubriendo cosas entre todos», asegura el pedagogo, que valora «positivamente» la organización de Topaklown y destaca el «buen ambiente» entre los participantes.
Además, esta noche se subirá al escenario de San Agustín para meterse en la piel de un vampiro que quiere tener una novia duradera pero, lógicamente, le resulta imposible mantenerlas con vida. Gomis recupera esta obra, que no interpretaba desde 2014, para retomarla y mejorarla, tras concluir en abril la gira con el Circo del Sol. Aunque en su versión original la obra era unipersonal, el alicantino irá acompañado en esta ocasión por Nicolás Andreó com mayordomo.
«Sufro mucho en esta obra porque tengo que soportar una caracterización que al final me acaba adormeciendo varias partes del cuerpo, pero es muy divertida y me lo paso muy bien», indica, tras matizar que se siente un «privilegiado» dentro del «precario sector del teatro», porque «de momento puedo elegir lo que quiero hacer». Fruto de su esfuerzo con Les Bouffons espera estrenar en breve Doctor Pérez y Míster Clown en Murcia.