Borrar
La Lotería Nacional de hoy sábado: comprobar resultados del 6 de diciembre
Carmen Iturbe atiende a un paciente en su clínica en el barrio bilbaíno de Uribarri. Jordi Alemany

Dentistas y podólogos preguntan a los pacientes si han tenido fiebre o contacto con positivos antes de darles cita

Ambos colectivos empiezan a abrir sus clínicas de forma gradual y con grandes medidas de prevención que reducen a la mitad su capacidad de trabajo habitual

Lunes, 4 de mayo 2020, 16:26

Comenta

Después de más de mes y medio de cierre obligado, los dentistas y podólogos ya pueden abrir sus clínicas de nuevo, aunque no todos han podido hacerlo desde este mismo lunes. Muchos han tenido que demorar la reapertura a este martes e incluso a la próxima semana porque no han tenido tiempo suficiente para adaptar sus negocios a unas medidas de prevención concretadas oficialmente por una orden ministerial que se publicó «el mismo domingo por la tarde». Y los que lo han conseguido empiezan un poco a medio gas con restricciones que reducen hasta la mitad su capacidad habitual de trabajo. Además, muchos de estos profesionales están asumiendo un protocolo de prevención previo consistente en la realización de unas pequeñas encuestas a los clientes antes de darles cita y en las que les preguntan si han tenido fiebre en las últimas semanas o si en este periodo tienen constancia de haber estado cerca de una persona que haya dado positivo por coronavirus.

Así lo reconoce Garbiñe Llona, directora de la clínica Jesús Llona Badiola. «Forma parte de un triaje previo -un método protocolizado de evaluación rápida- de cara a dar cita a un cliente o, si hay una mínima posibilidad de que presente síntomas de la enfermedad, retrasar su atención hasta que desaparezcan para evitar riesgos», asegura. Aunque remarca que las medidas preventivas adoptadas permitirían incluso esta atención, porque cumplen a rajatabla las exigencias de higiene y de distanciamiento social para impedir el mínimo contagio.

La exigencia de una desinfección constante de las instalaciones y del material no les pilla por sorpresa. «Es algo que ya hacíamos habitualmente, así que no nos supone ningún esfuerzo», señala Llona. Tampoco el empleo de las batas en cada consulta, aunque ahora las renueven de continuo. Eso sí, han cambiado las mascarillas quirúrgicas «de toda la vida» por las FFP2, con filtros y mayor protección. También han incorporado las «gafas estancas» e incluso las viseras con pantallas protectoras.

Y los locales también han tenido que adaptarse a la nueva situación. Así lo reconoce Carmen Iturbe desde su clínica cerca del parque Etxebarria. «Yo, la verdad, pensaba que al final no abriríamos hasta el día 11 y he tenido que reorganizarme a toda prisa para atender a los primeros clientes». Utiliza solo una de las dos salas que tiene disponibles, para que, de este modo, «todo el equipamiento de la otra se pueda desinfectar al máximo sin prisas». «No habrá problemas, incluso si una persona tiene que esperar un poco a ser atendido», garantiza. Han decidido espaciar las citas lo suficiente para que nadie tenga que estar dentro de las instalaciones más de lo necesario «y los clientes se están mostrando muy prudentes, es de agradecer».

Medidas restrictivas al menos un mes

Los podólogos también están acostumbrados a unas medidas de higiene, desinfección y esterilización máximas, por lo que tampoco tienen el mínimo problema en ese sentido. «Cada cuchilla que se usa en una intervención va al contenedor amarillo, y el bisturí al autoclave, un dispositivo especial donde se limpia y esteriliza», apunta Rebeca Barrasús desde el Centro Podológico Euskalduna de Bilbao. Pero remarca que eso es lo que «hacemos desde siempre», por lo que su esfuerzo, reconoce, «ha venido en la adopción de las medidas de prevención para evitar la transmisión por contacto».

Así, han seguido las recomendaciones de su colegio profesional y solo utilizan dos de sus cuatro salas de consulta. «Además, solo trabajamos dos de los cuatro profesionales de la clínica. Así garantizamos que siempre hay dos locales vacíos que se limpian perfectamente», subraya. Este lunes han sido algunas menos, pero su idea es que cada jornada logren atender a una treintena de pacientes, un número «muy lejano de lo habitual, cuando solemos superar los 50». Esta reestructuración se mantendrá durante un mes, «y luego analizaremos la situación para ver si se pueden levantar algunas restricciones o hay que mantenerlas».

Una dinámica similar sigue Álvaro Díaz Suárez, el presidente del Colegio de Podólogos de Euskadi, en su clínica de Ercilla, a pesar de la «avalancha de peticiones de reservas que estamos recibiendo». Aunque su negocio tiene varias salas, «solo atendemos a un paciente a la vez y hemos espaciado las citas para que nadie coincida». Y remarca la importancia de hacer un cuestionario previo para filtrar un poco a los usuarios y evitar casos positivos de coronavirus. «Son unas preguntas muy sencillas y entiendo que no deberían molestar a nadie, ni muchos menos incitar a ocultar un posible contagio porque esa persona ya sabe el riesgo que conlleva y no debería tener problemas en esperar un poco hasta que un test confirme que es negativo para que se le atienda en condiciones», añade.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Dentistas y podólogos preguntan a los pacientes si han tenido fiebre o contacto con positivos antes de darles cita

Dentistas y podólogos preguntan a los pacientes si han tenido fiebre o contacto con positivos antes de darles cita