La Mamá Grande de la literatura en español
Muere Carmen Balcells, la agente literaria de la mejor generación de escritores en el último medio siglo
César Coca
Lunes, 21 de septiembre 2015, 18:10
Carmen Balcells, fundadora de la agencia literaria que lleva su nombre, ha fallecido en Barcelona a los 85 años. Amada por sus autores y temida por los editores, tuvo una buena parte de responsabilidad en la creación y lanzamiento mundial del 'boom' latinoamericano. Creó la primera empresa encargada de gestionar los derechos editoriales verdaderamente moderna y levantó un auténtico imperio: pocas entidades en el mundo pueden presumir como la suya de tener 'en plantilla' a seis premios Nobel.
Nacida en una pequeña localidad de la comarca leridana de la Segarra en agosto de 1930, se trasladó con toda su familia a Barcelona siendo aún adolescente y trabajó en distintos empleos sin relación con lo que luego sería su actividad profesional. Fue un intelectual rumano exiliado, Vintila Horia, quien la daría su primer empleo relacionado con la cultura: la corresponsalía de una pequeña agencia literaria que él dirigía.
Al principio, trabajó solo con traducciones pero pronto consiguió su primer autor: Luis Goytisolo. Corrían ya los años sesenta y se estaba gestando un fenómeno editorial que ella impulsaría hasta el cielo: el 'boom' latinoamericano y su correlato en la literatura española. Balcells tuvo la inteligencia de ver el enorme talento que se juntó en Barcelona en esos años por la ciudad pasaron casi todos los integrantes del mismo de una forma o de otra y la habilidad para negociar con las editoriales nuevas formas de contratos que garantizaran mayores beneficios para sus autores y una difusión superior de sus obras.
La lista de los escritores cuya obra llevó es en sí misma un capítulo de la Historia de la Literatura: ahí están de Neruda a García Márquez y Delibes, pasando por Vargas Llosa, Marsé, Vázquez Montalbán, Onetti, Mendoza, Cortázar, Sampedro y tantos otros. Los autores, los más célebres y los que no lo son tanto, le deben cambios muy favorables en las cláusulas de los convenios de edición. No hay ninguno que no haya manifestado su admiración por su trabajo, y ella ha respondido siempre a esa confianza, acompañándolos en todo momento. Aún se recuerda su presencia en Estocolmo, en el solemne discurso de Vargas Llosa el último autor de su agencia en conseguir el Nobel, que se detuvo a saludarla antes de dirigirse a la tribuna a pronunciar el discurso más importante de su vida.
Los editores, en cambio, tenían una vinculación con ella que a veces rozaba la esquizofrenia. «Hemos tenido una relación cordial con grandes períodos de inapetencia. Es muy difícil ser amigo de forma permanente de Carmen», confesaba gráficamente Jorge Herralde, dueño de Anagrama, en una entrevista concedida a este periódico hace tres meses.
Con su movilidad reducida desde hace unos años y obligada por ello a desplazarse en silla de ruedas, Balcells delegó muchas de sus funciones en su equipo. Ella sobrevolaba los temas más importantes pero dejaba la tarea a las personas que habían estado a su lado durante décadas. Su última decisión relevante fue formar una agencia internacional junto a Andrew Wylie, creada hace un año y que lleva el nombre de los dos grandes agentes. Es el legado de quien, sin lugar a dudas, fue la Mamá Grande de la literatura en español a lo largo de medio siglo.