Cruz Roja inicia la búsqueda de socorristas para una campaña atípica

«Bizkaia no podía quedarse sin playa este verano, pero está claro que esta temporada tendremos más 'guerrilla' de lo normal». Así lo espera uno de los 160 socorristas que velarán por la seguridad en la costa. Su labor no se limitará al control del baño, con consejos y órdenes que no todos los usuarios de los arenales aceptan de buen grado. También les tocará lidiar con los bañistas para que respeten las distancias de seguridad y alejar así cualquier posibilidad de contagio. «Si siempre hay algún imprudente, ¡imagínate ahora!», explica el joven que, pese a todo, espera con ilusión la llegada del próximo 15 de junio.

La campaña de baños 2020 será atípica, como también lo ha sido el propio proceso de selección de los vigilantes de las playas, que deberán acompañar a los hondartzainas –sólo hay uno por arenal– en el control de los aforos. Esta temporada ha sido distinta ya en el número de aspirantes a formar parte del servicio foral de Salvamento y Socorrismo, con más de medio millar de candidatos frente a los 300 de 2019. Además, la excepcional situación ocasionada por la pandemia del Covid-19 ha obligado a Cruz Roja a modificar su habitual proceso de selección de los socorristas.

A la vista de la elevada cifra de participantes, la entidad no ha podido llevar a cabo la prueba física puesto que no se daban las condiciones sanitarias necesarias para garantizar la seguridad de los aspirante. De ahí que el proceso selectivo haya tenido que basarse en la evaluación de competencias a través de exámenes 'online' y en la realización de acciones formativas a distancia.

Cruz Roja ha iniciado esta semana el habitual reconocimiento médico a los socorristas. Una medida que se completará con una prueba que valorará la capacidad física de las personas que formarán parte del equipo de vigilancia de los arenales.

Por razones obvias, las 28 playas vizcaínas no podrán sumar este verano los más de 2,8 millones de usuarios contabilizados en 2019, pero la labor de los socorristas y los 31 hondartzainas tendrá esta vez más peso que nunca. «Habrá que estar muy encima y dar avisos continuos por megafonía. Se hace siempre, pero ahora con más razón. Nos encontraremos con los típicos bañistas que no llevan muy bien que unos chavales les recuerden lo que tienen que hacer, pero es lo que toca», razona uno de los miembros del nuevo equipo.