20 millones de mascarillas al mes 'made in Euskadi'

La Agencia Española del Medicamento trasladó el 13 de marzo una propuesta a Arsuaga: fabricar 60 millones de mascarillas para el Ministerio de Sanidad en un plazo de seis meses, por un importe de 10,9 millones, para «engrosar reservas estratégicas y amortiguar la dependencia de terceros estados», explicó ayer durante una visita a la nave el delegado del Gobierno, Denis Itxaso, que apuntó que las unidades servirán «tanto ahora como en un hipotético rebrote de la pandemia que comprometa de nuevo las existencias». Tras aceptar el reto, el director de Oiarso encargó entonces a Mondragon Assembly, una firma del grupo situada en la ciudad china de Kunshan, la fabricación de máquinas capaces de producir grandes series. Se negoció la compra de materias primas con decenas de proveedores internacionales, se buscó un polígono apto para este tipo de industria y se seleccionó a empleados.

Las tres primeras máquinas, capaces de realizar 10 millones de unidades al mes, aterrizaron el 17 de abril en la base militar de Torrejón de Ardoz. «El Mando Componente Aéreo del Ejército del Aire de la Operación Balmis se encargó de la coordinación del viaje», detallaron. El operador logístico de Defensa, que adquirió una cuarta máquina para instalarla en Burgos, también las trasladó por tierra hasta la nave elegida, un antiguo pabellón de Etxebarria con una «sala blanca» de 500 metros cuadrados en la que la empresa Cikautxo, también del Grupo Mondragón, fabricó hace años productos quirúrgicos. No fue hasta la segunda semana de mayo cuando las máquinas empezaron a producir a gran velocidad. El pasado mes, la plantilla de Bexen envió 3,8 millones de unidades a Sanidad en palés de 50.000 y está previsto que produzcan 4 millones durante la primera quincena de junio, ya que las máquinas tardan cierto tiempo en ajustarse a su máxima capacidad productiva.

Ahora, la empresa ha adquirido otras tres máquinas. Este pasado miércoles aterrizó la última. En dos semanas, estarán en funcionamiento para que en julio la planta llegue al ritmo máximo de producción. Así, además de cumplir con el pedido del Ministerio, la empresa podrá comercializar unidades a Osakidetza y a otros clientes. La operación, en la que se han invertido más de dos millones, permitirá generar 60 puestos a cinco turnos, ya que las máquinas trabajan todos los días del año, «las 24 horas».

«La industria vasca ha estado a la altura de las circunstancias. Seremos capaces de fabricar 250 millones de mascarillas al año», dijo Arsuaga, orgulloso de que la firma se convierta en «fabricante estratégico del Ministerio de Sanidad» y de poder garantizar «el abastecimiento» en Osakidetza y en Euskadi. La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, se alegró de que la industria local haya respondido a las «lagunas» en la producción de material sanitario y llamó a «apretar los dientes y a subir la cuesta para salir del zulo» económico que ha causado el virus.