Cocineros y camareros de Biblao a la moda
Con Estilo. La firma Uniformes Moyua revoluciona las gastronomía vistiendo al personal de los mejores restaurantes vascos. «Cada vez más gente desea lucir en la calle las ropas que llevan los chefs»
Si la comida entra muchas veces por la vista, Moisés Omeñaca, Jorge Canivel y Susana Rebollar deberían apuntarse un tanto. Son los responsables de los ... uniformes que visten los camareros, maîtres, cocteleros, chefs y jefes de sala de muchos de los mejores restaurantes de Euskadi. Asumen que la indumentaria es clave y que el look de los profesionales de la cocina es cada vez más importante. No pasan de puntillas hasta el punto de que muchos de sus estilismos los podemos encontrar incluso en la calle.
¿Qué comensal no se ha encaprichado alguna vez de esas chaquetillas de cocinero tan fashion? De hecho, según confiesa Canivel, los tres suelen colarse en los comedores y husmear en los fogones antes de proyectar «una imagen global» de los restaurantes y bares para los que trabajan. Se acabó lo de cocinar con prendas hechas en serie. Y se acabó también lo de servir las comandas al estilo tradicional, con la típica camisa blanca y traje negro, como sucedía hasta hace poco. «Creamos diseños únicos y al tener taller propio, podemos encargarnos también de la fabricación de la mantelería», reivindica Omeñaca, dueño de Uniformes Moyua, marca que ha revolucionados el mercado.
No es extraño encontrar tachuelas rockeras punteando camisetas o que algunas camareras parezcan salidas de un desfile de moda anudando sus cuellos con sus pajaritas beis, al estilo de como hacen las empleadas del antiguo Boulevard. Las chicas del Aitaren han incorporado también a sus trajes los recogemangas y tirantes.
Sin embargo, si hay una pieza que ha alcanzado la categoría de imprescindible en la restauración actual son los humildes delantales. Han pasado de ser el patito feo a cisne. De la noche a la mañana han acaparado un protagonismo indiscutible hasta erigirse en el complemento más 'cool'. «Es el que marca la diferencia y hace que todo sea distinto».
Tejidos especiales
Omeñaca creó la empresa en 2013 y no da abasto. En los últimos doce años ha realizado los trajes del personal de los triestrellados Arzak, Akelarre (Pedro Subijana), Azurmendi y Eneko Atxa. Están presentes en una legión de locales de Bizkaia: Garena, Etxanobe de Fernando Canales, Bilbao Berria, Bocoy y Brasadero, y el Nerua Guggenheim, capitaneado por Josean Alija. Visten también las plantillas completas del Zapirain, todos los establecimientos del Grupo Parte (Aitaren, Amaren, Víctor Montes...), el Abando, Perita, La Pizarra, Clandestino, La Bodeguita del 12, La Viña de la Diputación... «Tenemos incluso un cliente en Filipinas, el chef-dj Chele González», apunta Omeñaca.
No solo cubre el ámbito de la restauración. Uniforma, asimismo, a los empleados de los hoteles bilbaínos más lujosos -Carlton, Ercilla, The Artist y Radisson-, a las dependientas de las pastelerías Arrese y Martina de Zuricalday, a clínicas de belleza, como Henao Wellness Club, y a los casinos de Bilbao y Palma de Mallorca.
«Hostelería y restauración son el fuerte porque vivimos en un país de turismo», explican. Suponen el 70% de la facturación. Polos, pantalones, camisetas... No solo han cambiado los colores. El blanco y negro, tan dominante antaño, han cedido terreno a las chaquetillas azul noche, azul petróleo «o el verde un poquito más profundo. Antes todo el mundo era 'cucaracha', o sea, pantalón negro y camisa negra ». También han variado los tejidos. Si antaño eran rígidos, ahora están realizados en combinaciones de poliéster y algodón, elastán, sargas, microfibras... «Son tejidos elásticos y supercómodos que transpiran, son antimanchas y antiolores para intentar que el empleado ofrezca la mejor imagen posible». Se impone la funcionalidad porque al final «estamos hablando de ropa que se usa muchas horas al día y que también hay que lavar bastante», recuerda Canivel.
Prendas marcadas por la practicidad, pero también por la fama de la que disfrutan hoy los chefs. «Nosotros siempre decimos que todo evoluciona y sí es verdad que la uniformidad hoy en día es moda. Pretendemos que los cocineros y camareros vayan a la moda. ¿Cómo? Con trajes con cortes espectaculares, pantalones pitillo, mangas raglán, que ahora vienen más 'oversized'», subraya Omeñaca.
Es lo que en el mundo de la gastronomía se denomina 'Marketing sensorial'. «Cuando entras a un restaurante quieres que la luz, los colores, las mesas, el olor... Que todo genere una sensación de atracción, incluido el uniforme. No te vale nada hacer un restaurante precioso si luego vas a tener al chef con un pantalón negro y una camisa blanca sencilla. No solo asesoramos sobre lo que hay que llevar, sino también cómo lucirlo. Parece una tontería pero no es lo mismo atarse un delantal por delante que a un lado. Y lo mismo sucede con las distintas maneras de hacer un nudo. Susana, mi socia, siempre apostó por la imagen y llevar la moda al mundo del uniforme», remata Moisés.
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