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Más de mil escolares inauguran el Carnaval de Bilbao
Niños vestidos de medusas, hortalizas, personajes de cuentos y emoticonos inundan de color la Gran Vía y el Casco Viejo a ritmo de charanga
Don Carnal ha tomado ya las calles de Bilbao. Un millar de chavales ataviados de los más variopintos ropajes elaborados en las horas de tutoría ... durante las últimas dos semanas ha disfrazado entre las diez y media y las doce la Gran Vía y la Plaza Nueva bilbaínas ante la atónita mirada de muchos viandantes, que no daban crédito a la variedad de frutas, hortalizas, aztecas, medusas y seres animados de difícil definición que, precedidos por la Policía Municipal, paralizaban el tráfico sin pudor al ritmo de la charanga 'El Despiste' de Sestao. A mediodía, este ejército de color, integrado por alumnos de entre tres y doce años de los colegios de la villa, han renovado energías con una gran chocolatada para sumarse al ritmo marcado por un DJ bajo la carpa de la Plaza Nueva, antes de volver a clase, no para seguir con los muy temidos problemas de matemáticas, sino para continuar la fiesta en el patio hasta que el cuerpo, y las andereños y los maisus, aguanten.
«A cada curso le hemos asignado un color para no perderlos de vista entre tanta gente», comentaba Elena Azpitarte, profesora de cuarto de primaria en el colegio Ave María. El caso de este centro se repetía en muchos. Los disfraces estaban elaborados a conciencia... de medio ambiente. «Hemos procurado no usar plástico y emplear materiales reciclados. Periódicos, papel, un poncho que pueden reutilizar como chubasquero...», explicaba. «Luego cada uno le hemos dado nuestro toque particular», le ayudaba Alaitz Franco, una de sus alumnas. La 'peque' estaba contenta con vestir de medusa, pero se notaba que era de buen conformar. Aquel año que fueron de moteros, otro de zombies y otro más de astronautas desfiló tan contenta como hoy. «Hace dos años fuimos de abuelitas porque el colegio cumplía cien años», apuntaba.
Los niños de Iparraguirre Ikastola eran un manjar. Se las apañaron para parecer exquisitas lechugas, hermosas coliflores, auténticas fresas, deliciosas moras, refrescantes naranjas, y coloridos pimientos, entre otros productos de la tierra. «Nos ha servido para trabajar temas como la alimentación saludable», advertía Argi Lauzirika, profesora de los de cuatro años. «Tienen que saber que productos como las lechugas y las calabazas no crecen en los árboles», decía. En Artxandape Ikastola, el Carnaval también ha sido una excusa para hablar de diferentes civilizaciones como los aztecas y los amerindios. «He dejado la pluma y el hacha de guerra en clase por si se me perdía», señalaba María Aguirre, alumna de cuarto ataviada con unas largas trenzas de color negro. Aitana Pérez, una compañera suya tenía en mente el disfraz que elegirá al terminar el desfile para lucirse por Bilbao: «De una cantante, Ariana Grande».
Chavales, a cientos, pero padres, madres y abuelos, casi tantos o más, se han acercado esta mañana a disfrutar del desfile y hacer fotos a los críos. Iñaki del Barrio, aita de Ayala, de tres años, que iba vestida de mora, confesaba haberle hecho «entre 30 y 40» en apenas media hora. «Ella lleva emocionada toda la semana. Y yo estoy la mar de contento porque veo que está divirtiéndose», advertía. «Nos han pedido los profesores que prefieren que no nos vean, por si se salen de la fila, así que ni le he saludado«, admitía Iñaki Bruno, padre de Markel, una cereza apetitosa de la ikastola Iparraguirre. «Me he escaqueado del curro un rato para venir a ver al pequeño«, indicaba Iván, que hoy iba, entonces, de incógnito.
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