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El fallecimiento de un familiar a consecuencia de un cáncer fue lo que le llevó al nadador, Alberto Lorente, a aunar su pasión por el deporte con la solidaridad. La primera vez que se tiró a la piscina tenía tres años. El «miedo» de sus padres a que se pudiera ahogar cuando creciera fue lo que le convirtió en el deportista que es hoy. Aunque por «motivos familiares» tuvo que dejar la práctica a un lado siendo aún muy joven, hace ocho años que la retomó. Ahora, todo reto que se propone lo acompaña con un «mensaje de sensibilización».
Este martes ha sido por el cuidado del medio ambiente. Lorente, conductor de autobús de 36 años y conocido como 'El hombre de las aguas', se ha sumergido en la fría ría de Bilbao para cumplir un sueño y el que será su «último gran reto»: dar la vuelta al país a nado para concienciar sobre lo «importante que es cuidar de los océanos». «Quiero darle un sentido a mis brazadas y que dejen huella», contaba sin perder la sonrisa a este periódico minutos antes de ponerse el neopreno. «Por el medio natural va a ser mi primer y último desafío. Tengo que poner un punto en mi carrera porque van pasando los años y el desgaste se va notando», decía. Lorente posee varios récords Guinness por sus aventuras.
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Bilbao ha sido el punto de partida de una travesía, bautizada con el nombre 'Abracemos el Mar', que se alargará hasta el 10 de mayo en catorce etapas y que además de la parte deportiva, vendrán acompañadas de intensas limpiezas de playas por tierra y agua. Las brazadas de Alberto se harán sentir, además de en Bizkaia, en Asturias, Galicia, Baleares y Canarias, entre otros. La meta será Salou. «Es importante que la gente reflexione sobre el problema que tienen los ecosistemas y que las nuevas generaciones, y no tan nuevas, sepan de la necesidad de cuidar la naturaleza», decía. ¿Y por qué empezar desde la ría? Sencillo: «Quería iniciar el recorrido desde el interior de la tierra para después partir hacia aguas abiertas», confesaba.
Acompañado de una multitud de voluntarios y al son de música, su cuerpo ha saltado desde el muelle del Itsasmuseum al agua pasada la una del mediodía. Tres horas y media más tarde y tras una distancia de 15 kilómetros, ha llegado a la playa de Ereaga (Getxo) donde se llevará a cabo una exhaustiva recogida de basura bajo la batuta de su compinche, Enrique Herrero, 'Quique bolsitas' para los que le conocen. Distanciados por 995 kilómetros –Lorente es de Barcelona, mientras que Enrique vive en Sevilla– fue la defensa de la naturaleza lo que les unió a través de las redes sociales. Con más de 1.400 limpiezas y 160 toneladas de basura recopiladas a sus espaldas, Quique no se lo pensó dos veces cuando conoció la intención de Alberto de recorrer el país a través de una acción que también persigue «alertar sobre los efectos del cambio climático».
– ¿De dónde viene esa pasión por limpiar las playas?
– Todo fue gracias a Roberto Brasero, el presentador del tiempo. Estaba viendo la televisión y escuché hablar de la gravedad de las islas de plástico que se generan en los océanos. De pronto me sentí responsable y me dije a mí mismo: ¿Qué puedo hacer yo para ayudar? ¡Y me puse a ello! Las limpiezas son mi nuevo deporte. No es lo que recojo sino la conciencia que voy sembrando.
Escasos minutos antes de que dos bengalas de color azul anunciaran desde el agua la salida del nadador, ha sido las instituciones participantes en el evento los que mostraron su «unión» ante el respeto por la naturaleza. El director del Itsasmuseum, Jon Ruigómez, valoró un reto con triple propósito: «cuidar el medio natural, ser conscientes de la basura que los humanos echamos y la implicación» de numerosas asociaciones. También Carmen Díaz, vicealcaldesa y concejala de Cohesión Social del Ayuntamiento de Getxo aseguró que la protección del planeta es una «valor que nos une». «Las instituciones hemos sido contagiadas por la iniciativa ciudadana», aludía.
Ante decenas de asociaciones ecologistas y voluntarios, Carlos Sergio Achotegui, director general de Deportes de la Diputación, matizó que Bizkaia cuenta con «muchos espacios para hacer deporte al aire libre que tenemos que mantener». La travesía, continuará mañana en Cantabria para después llegar a Asturias. Tres semanas sin apenas descanso en las que recorrerán el país en el sentido contrario a las agujas del reloj. «Debemos dejar de atribuir la responsabilidad a los otros y mirar qué puede hacer cada uno para salvaguardar el ecosistema», concluía Quique.
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