Bilbao se postula como sede del Mundial de fútbol de 2030 tras el fiasco de la Eurocopa

El paso dado ahora por el Ayuntamiento de Bilbao, gobernado con mayoría absoluta por el tándem entre jeltzales y socialistas, tiene una relevancia especial. La capital vizcaína viene de perder la Eurocopa y los partidos de la selección española por los férreos requisitos sanitarios que impuso el Gobierno vasco, con la polémica consiguiente que aún colea. Hace justo una semana, el Gobierno vasco decidió en el LABI la vuelta del público a los estadios sin darse las condiciones que había exigido a la UEFA y que a la postre provocaron que la competición se fuera a Sevilla en una maniobra unilateral. Tras el fiasco, el organismo europeo que regula el fútbol vino a reconocer que había roto el contrato de forma irregular y accedió a pagar los 1,3 millones que ya se había gastado la sede de Bilbao en los preparativos y, lo que es más importante, comprometió para la ciudad una final de la Europa League y otra de la Champions femenina en 2024 y 2025. Un Mundial en 2030 supondría una sucesión insólita de eventos deportivos de primer nivel. De momento, es un sueño que se hizo realidad hace justo ahora 39 años, en 1982. San Mamés albergó tres partidos de la primera fase como sede de la selección inglesa. Inglaterra ganó las tres citas en la capital vizcaína ante Francia, la antigua Checoslovaquia y Kuwait.

La proposición de apoyar el Mundial llegó al pleno de la mano del PP. Se trata de un asunto bastante incómodo para el PNV por las sospechas de que una parte del partido podría haber maniobrado en la Eurocopa para, una vez mermada la rentabilidad económica de la cita por efecto de la pandemia, quitársela de enmedio para evitar ver a la Selección Española jugando como local en Bilbao. No quiso Ochandiano dejar un resquicio de duda en este sentido escabuyéndose de la petición del PP. En su lugar, el Gobierno que lidera Juan Mari Aburto presentó una moción alternativa con la que se comprometió a «trabajar conjuntamente con todas las instituciones» para que la ciudad albergue el evento.

«Hoy debe quedar claro que Bilbao acreditará su compromiso de trabajar por ser una de las sedes» dentro de la candidatura hispano-lusa». Está tomada, agregó Ochandiano, la decisión «inequívoca» de formar parte de ella. Eso sí, recordó que son varias las que optan a albergar esta cita y que la FIFA no se decantará por una de ellas hasta 2024.

«La villa, cuya imagen se ha visto empañada por la nefasta gestión del Gobierno vasco que ha terminado con la pérdida de la Eurocopa, no puede dejar pasar este tren», apuntó el edil popular Carlos García. A su juicio, Bilbao «suma» valor a la candidatura de España y Portugal por ser la principal ciudad del norte de España, con uno de los estadios más modernos de Europa. Elkarrekin Podemos se abstuvo en la votación y su portavoz, Ana Viñals, defendió transformar el modelo de eventos en otro que busque el equilibrio y fomente también el tejido local. Jone Goirizelaia manifestó el rechazo de EH Bildu a la propuesta del Mundial y cuestionó el impacto económico de este tipo de acontecimientos porque, a su juicio, fomenta «la precariedad». Frente a los «nostálgicos de Naranjito», Goirizelaia reivindicó la posibilidad de que «la selección de Euskal Herria juegue contra España y Portugal».