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Momentos de tensión entre los participantes en la pelea y los policías municipales. E. C.

En libertad a la espera de juicio los cuatro porteros de discoteca implicados en una pelea en Olabeaga

Responsables de una sala de Bilbao y de otra de Erandio se enfrentaron de noche en un restaurante de Olabeaga

Domingo, 19 de marzo 2023

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Los cuatro porteros del Moma detenidos en la madrugada del pasado al domingo por la Policía Municipal por participar en una pelea con porras en un restaurante de Olabeaga, han quedado hoy en libertad tras ser puestos a disposición judicial por la mañana, según ha podido saber saber este periódico en fuentes cercanas al caso. La guardia urbana les acusaba de tenencia de armas prohibidas ya que exhibieron porras extensibles, un instrumento reservado para las fuerzas y cuerpos de seguridad. Por este motivo, se enfrentan a una sanción administrativa.

También les consideraban responsables de un delito de lesiones, ya que tres personas resultaron heridas en la refriega, uno de ellos un trabajador del local del muelle de Olabeaga, que sufrió dos bastonazos en la espalda cuando intentaba separar a los dos bandos.

Cuando los agentes de la Policía Municipal vieron las imágenes de las cámaras de seguridad del establecimiento y comprobaron que habían utilizado armas ilegales y volaban sillas y copas, prepararon un dispositivo especial para su detención. Los investigadores de la Inspección de Criminalística, apoyados por agentes de la Unidad Canina, cuyo nombre oficial es Inspección de Refuerzo Táctico (IRT), dotados con material antidisturbios, accedieron a la discoteca, donde los controladores de acceso estaban trabajando, pasadas las seis de la madrugada, cuando la sala estaba vacía. Uno de los porteros entregó a los policías de forma voluntaria una porra extensible que supuestamente había exhibido en el enfrentamiento en Olabeaga en defensa del dueño del Moma contra un responsable de Sonora y su grupo de acompañantes.

Todo empezó sobre la medianoche en un restaurante de Olabeaga que se convierte en local de copas de madrugada, donde coincidieron los responsables de ambas discotecas que disfrutaban de la noche cada uno por su lado y cuya enemistad parece que viene de lejos. Según testigos presenciales, se produjo un desencuentro en público entre el representante de Moma y uno de los acompañantes que estaba en el grupo del socio de Sonora. Algunos clientes sostienen que incluso llegaron a las manos.

Cuando ya se habían separado y cada uno regresado a su mesa, el dueño del Moma realizó una llamada por el móvil en busca de ayuda, según las mismas fuentes. En pocos minutos, se presentaron en un coche los porteros de su discoteca, que a esa hora estaba a punto de abrir sus puertas. De hecho, los empleados de seguridad vestían de negro y llevaban incluso chaquetas con el nombre de la sala en el pecho, como si vinieran de trabajar. Cuando entraron en el local de hostelería, exhibían porras extensibles, un tipo de arma prohibida salvo para las fuerzas y cuerpos de seguridad, según se puede apreciar en las imágenes grabadas por las cámaras de videovigilancia del local y que han confirmado a este periódico testigos del incidente. Se inició entonces una trifulca entre unos y otros, hasta convertirse en una pelea tumultuaria. «Volaban sillas y copas por los aires», declararon testigos. Incluso, alguno de los implicados pudo exhibir una navaja, aunque este extremo no ha sido confirmado oficialmente.

«Ha sido uno de los momentos más tensos que he vivido nunca», confesaba ayer uno de los presentes a este periódico. Como resultado de la refriega, tres personas resultaron heridas, entre ellas uno de los trabajadores del restaurante que intentó mediar y separar a los dos bandos. Se llevó dos bastonazos en la espalda. Los lesionados, que presentaban contusiones y alguna herida abierta de la que sangraban, fueron evacuados en ambulancias al cercano hospital de Basurto, donde, tras recibir las curas necesarias, recibieron el alta médica.

Luz encendida y sin música

La Policía Municipal recibió el aviso de la pelea a medianoche. Al menos siete patrullas uniformadas y algunas de paisano se dirigieron hacia el muelle de Olabega. Para entonces, los gestores del restaurante habían encendido las luces y apagado la música en el interior con el objetivo de calmar los ánimos y ante el miedo a que destrozaran el mobiliario nuevo y de diseño del local. Finalmente, tan sólo sufrieron daños varias sillas, que tendrán que reponer, y una planta decorativa. Ninguno de los clientes que en ese momento cenaban tranquilamente o tomaban una copa se vieron afectados.

El lugar de la pelea, con las patrullas de municipales en el lugar. Luis Calbor

Los responsables del local invitaron a los dos grupos a que salieran de su negocio y cerraron las puertas. Los agentes tuvieron que extraer sus defensas para intentar separar a los contendientes, que seguían enzarzados una vez en la calle. Finalmente, cada uno se fue para un lado y el restaurante recuperó la calma. Los implicados en la reyerta no podrán volver a entrar. La escena fue recogida también en vídeo por el teléfono móvil de varios comensales. En las imágenes se aprecia cómo se encaran los porteros del Moma, vestidos completamente de negro, y el grupo de la otra discoteca, que llevaba camisetas blancas.

Los policías locales llegaron a identificar a una decena de personas, entre personas involucradas y testigos. Ante las imprecisiones en las declaraciones de los implicados, la guardia urbana solicitó las imágenes de las cámaras del local, según indicó ayer una portavoz autorizado del área de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Bilbao a este periódico.

Material antidisturbios

A raíz del visionado de esas imágenes, y al comprobar que se habían utilizado armas prohibidas, la Inspección de Criminalística de la guardia urbana preparó un operativo para la detención de varias de las personas implicadas. En la intervención participaron agentes de la Inspección de Refuerzo Táctico, la unidad canina, que utilizan el material antidisturbios del cuerpo.

Los agentes se desplazaron a la discoteca Moma, ubicada en la calle Rodríguez Arias, sobre las seis y diez de la madrugada, hora prevista para el cierre. Una vez que culminado el desalojo de la sala de fiestas, procedieron al arresto de cuatro de los controladores de acceso por su presunta participación en la pelea multitudinaria registrada unas horas antes en Olabeaga. Uno de ellos entregó de forma voluntaria la porra extensible que portaba a la Policía.

Los arrestados fueron acusados de los presuntos delitos de tenencia de armas prohibidas, tales como defensas extensibles, de provocar lesiones a varias personas y de alteración del orden público, según ha podido saber este periódico en fuentes cercanas al caso. En ese momento, el responsable de la sala no se encontraba en su interior.

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