Bilbao busca la fórmula para hacer compatibles las terrazas con el descanso de los vecinos
La ordenanza estará lista en 2026, pero ya al inicio del proceso hosteleros y asociaciones vecinales dejaron claras sus posturas antagónicas
El Ayuntamiento de Bilbao tiene el plan de que la nueva ordenanza que regula la instalación de terrazas en la vía pública entre en vigor ... el próximo año. Es dificilísimo ordenar este asunto. Es que, de un lado, está la hostelería –sector esencial en la economía de una ciudad cada vez más volcada con el turismo y el ocio– que tiene en estas terrazas una de las vías más efectivas de sacar adelante el negocio. A la gente le gusta mucho tomarse algo al aire libre. Más aún después de la pandemia. Y todavía más con el buen tiempo que trae el cambio climático.
Del otro lado están las asociaciones vecinales, muy activas en la denuncia del ruido que provoca el ocio nocturno por lo que afecta al descanso de los residentes. Pero también se quejan de la ocupación del espacio público, de lo difícil que es pasar por algunas zonas, de la suciedad que se deja... Son especialmente combativos colectivos de Abando, como Uribitarte Anaitasuna, y de Bilbao la Vieja, sobre todo del muelle Marzana.
Fue a finales del pasado mes de diciembre cuando el Ayuntamiento presentó un borrador de ordenanza para regular las terrazas. Es una norma restrictiva: adelanta el cierre media hora, prohíbe las estufas de gas, pide uniformidad estética, aumenta el espacio que se debe dejar libre para el tránsito de peatones... Para los empresarios se trata de «un ataque directo contra la hostelería». Para las asociaciones vecinales, se sigue «privatizando» el espacio público y se elude adoptar medidas para preservar el derecho al descanso.
Los planes municipales pasan por reducir horarios y limitar la ocupación de zonas de tránsito peatonal
Es que los residentes se fijan en lo que ocurría antes de la pandemia. En 2018 el Ayuntamiento ya había anunciado una nueva ordenanza sobre terrazas que era claramente restrictiva, que iba a recortar ampliamente el espacio ocupado por ellas. Pero con el coronavirus estos espacios cobraron importancia y se relegó la nueva normativa. Además, tras la pandemia, sobre aquellas cifras que ya se tenían por demasiado elevadas en 2018, el número de terrazas en el centro aumentó el 8%.
Como las posturas están muy distantes, en este nuevo proceso se ha articulado un periodo de consultas con las partes afectadas, que se ha prolongado durante este año. Ahora queda la publicación del texto definitivo, su tramitación habitual con información pública y alegaciones, y finalmente la entrada en vigor en un momento inconcreto del año que viene y con un contenido que está por ver.
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