El Banco de Alimentos sustituye el aceite de oliva por el de girasol por la inflación

¿Por qué motivo se han tenido que tomar estas decisiones? Por dos razones. Principalmente por la inflación. La escalada de precios ha hecho que algunas mercancías, como el aceite de oliva, estén por las nubes. Pero, además, hay un segundo problema que está afectando a la dinámica del banco. Tiene que ver con el hecho de que los fondos europeos que antes manejaba de manera compartida con Cruz Roja, han sido adjudicados este ejercicio en exclusiva a la otra entidad.

Fue una decisión que se adoptó a principios de año por el Consejo de Ministros, que dio el visto bueno a que Cruz Roja reciba más de 100 millones de euros en forma de tarjetas-monedero, a través del Fondo de Ayuda Europea para las Personas Más Desfavorecidas (FEAD). Según el Banco de Alimentos de Bizkaia, este cambio ha hecho que hayan perdido 300.000 kilos de alimentos Se trata de una cantidad ingente, superior a los 240.000 kilos que se lograron en la gran recogida de 2023.

«El problema no es solo ese, es que esos fondos, que se esperaban para marzo, todavía no han llegado, y no se empezarán a repartir como mucho hasta octubre, pero nosotros mientras tanto tenemos que seguir atendiendo con nuestros medios a 11.000 personas que se beneficiaban de esa donación (que ahora irá a Cruz Roja)», explica a este periódico Luis Crovetto, presidente de esta agrupación, cuya sede se encuentra en Basauri. Es decir, están haciéndoles entrega de alimentos que cuando llegue la subvención no van a poder recuperar, lo que merma las existencias de su almacén. «Es un lío muy gordo y lo vemos muy negro. Aquí no se multiplican los panes y los peces».

Desde el Banco de Alimentos apuntan, además, que esa ayuda solo se destinará a familias con hijos menores de 18 años, «por lo que de esas 11.000 personas que tenemos, aproximadamente un 40% se van a quedar fuera del plan, y las tendremos que asumir nosotros sin recibir nada a cambio», lamenta, confiando en que el próximo año, que será cuando las autonomías empiecen a gestionar por completo este servicio, «todo esto cambie».

Pese a ello, y al alza de los precios, Crovetto declara que en estos momentos están capeando el temporal. «Hasta octubre tenemos producto, luego ya veremos, aunque calculamos que con la recogida de noviembre podamos remontar», apunta esperanzado, resaltando que pese a la inflación, las donaciones no han bajado. «La gente está haciendo un gran esfuerzo y es muy generosa, pero ahora con el mismo dinero que antes compras menos, como ocurre en todas las casas». Lo que sí ha cambiado son las formas en la que son realizadas estas ayudas ya que cada vez más personas se decantan por una donación en forma de bono, lo que permite a los voluntarios hacer una compra más precisa. «Cuando salió representaba el 25%, ahora es ya el 60%». Crovetto pide que los donantes entreguen sobre todo aceite, leche y alimentos infantiles.