'Alexa' y Amancio Ortega contra la soledad no deseada en Bizkaia

La principal novedad de este proyecto es que la soledad no deseada se está combatiendo sin obligar a los mayores a abandonar su hogar. Un paso que para muchos no es sencillo, especialmente para las personas de más edad o con problemas de movilidad. También se busca maximizar la interacción de los usuarios, ya sea con otras personas de manera telemática o incluso con la propia asistente virtual.

Begoña tiene 79 años y a pesar de sus reticencias iniciales, ahora lo utiliza «todos los días». «Según me levanto le pregunto qué tiempo va a hacer», explica. También le pide canciones de Luis Miguel y, recientemente, le consultó cómo preparar un arroz con carrilleras de manera diferente. Una vez dominado el sistema, también le solicitó ayuda para llevar a cabo la tramitación de la reclamación por defectos en unas reformas que realizó en su casa hace poco. Es uno de los ejemplos de esta tecnología.

Como Agustina, vecina del barrio de Abando, de 93 años, que lo utiliza a diario para poner música. Y para que le recuerde comprar tomates y hasta que le cuente chistes. «Es graciosa», se ríe. Ella empezó a acudir a los cursos y actividades de Cruz Roja, y ahora es voluntaria y pasea con otras dos mujeres de 92 y 87 años a las que recoge en una residencia de Zabala.

Aunque el proyecto es de ámbito nacional, tiene una fuerte presencia en Bizkaia. Trece comunidades de voluntarios repartidas por todo el territorio dan servicio a personas de los diferentes municipios. De esta forma el apoyo es más directo y personal, ya que están presentes en el propio entorno de cada participante. Algunas de las localidades en las que trabajan estos grupos son Getxo, Ondarroa, Barakaldo, Durango y Zalla. Ya se han entregado más de 200 dispositivos que dan servicio tanto a individuos como a parejas, y la organización prevé entregar otros 70 en los próximos meses.

Para empezar, los mayores asisten a un curso para aprender a utilizar estos dispositivos, que están siendo financiados por la Fundación Amancio Ortega, y también reciben asistencia continuada para resolver las dudas que puedan surgir durante su uso. De esta forma, a pesar de que la finalidad original de los aparatos sea recibir y realizar videollamadas, los participantes aprenden a solicitar a 'Alexa' todo tipo de informaciones. Lo que en la mayoría de las ocasiones supone un primer contacto con los asistentes virtuales.

Uno de los voluntarios que instala y enseña a utilizar estos dispositivos es Christopher. Tiene 28 años y explica que lo que se busca es que aprendan a manejarlo durante el día a día y «que se habitúen a interactuar con ella para que 'Alexa' se convierta en un acompañamiento». Las sesiones informativas y de resolución de dudas también son una «excusa más» para juntarse y socializar de manera presencial, que es el principal objetivo.

Janire Gómez, la responsable del programa, señala que los dispositivos sirven para provocar más interacción entre ellos, tanto de forma remota como presencial. «Pueden llamarse y relacionarse entre ellos, pero lo más interesante es que eso derive en encuentros presenciales y que queden para hacer planes». A diferencia de otros programas, para participar solo se requiere tener más de 65 años.

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