La idea de convertir la ría en la otra 'Gran Vía' de Bilbao recibe todo el apoyo institucional
Ayuntamiento, Ministerio, Autoridad Portuaria, URA y el Consorcio de Aguas firman un protocolo para desarrollar los usos tanto en el Nervión como en el Cadagua
Desde que el Ayuntamiento de Bilbao mostró hace cinco años su intención de recuperar la centralidad de la ría en la ciudad y potenciar sus ... usos, se veía que uno de los mayores problemas para hacerlo era la maraña competencial en este entorno. Es decir, hay un montón de administraciones implicadas en su gestión. Pues todas ellas estaban hoy en el Salón Árabe para firmar un 'Protocolo de intenciones en relación al uso y desarrollo de la ría'. En este acto lo que se escenifica es la disposición de las instituciones de agilizar los trámites a quienes quieran insuflar vida tanto al Nervión como al Cadagua (que también se incluye en el protocolo). En los últimos años la 'cuarentena' a la que se había sometido a la ría primero -porque no se conocían las fondos ni las corrientes y no se querían más actividades que las actuales para evitar riesgos- y la falta de un marco competencial claro después, habían impedido generar actividad a las pocas empresas que habían manifestado su interés por hacerlo. Quedaba lejos el sueño de que volviese a ser una especie de Gran Vía acuática en la capital. Ahora, en palabras del alcalde, Juan Mari Aburto, lo que hay es una «ventanilla única» a la que las organizaciones interesadas pueden acudir sin naufragar en un frenesí de papeleo.
Prueba de la complejidad burocrática que rodea a este entorno es el elenco de personalidades que había este viernes en la casa consistorial para suscribir el protocolo: Aburto por parte el Ayuntamiento; el subdelegado del Gobierno en Bizkaia, Vicente Reyes, junto al jefe de la Demarcación de Costas en Euskadi, Fernando Pérez Burgos, y el capitán marítimo, Carlos García Buendía, en representación de la Dirección General de la Marina Mercante; el presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao, Ricardo Barkala; el director general de URA, Toño Aiz; y el presidente del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, Kepa Odriozola.
A través de esta firma las instituciones y entidades públicas competentes pretenden manifestar que uno de los principales retos de Bilbao es recuperar la ría como foco de actividad, como centro de la ciudad, como actriz relevante en el día a día de los vecinos. «Juega un papel estratégico», dijeron. Sólo queda por determinar qué significa eso. En cualquier caso, Aburto ha destacado que «Bilbao se acaba de dotar de una herramienta fundamental para el futuro de nuestra ciudad y de nuestra querida ría». Sobre todo, para «agilizar las autorizaciones administrativas» para «las empresas que quieran llevar a cabo proyectos» en la lámina de agua o en sus márgenes. Asegura el alcalde que ya hay varias que han mostrado interés para llevar a cabo actividades de «ocio y recreativas».
«Biodiversidad en el entorno urbano»
De momento la pelota está en el tejado formal y burocrático y ahora «es clave profundizar en los espacios de colaboración interinstitucional, que permitan definir una estrategia conjunta y coherente de expansión, gestión, explotación y acercamiento a la población del entorno ribereño en la Villa de Bilbao». Los intereses a potenciar son «cívicos, culturales, educativos, mediaombientales y de activación, priorizando la resiliencia, la seguridad y la biodiversidad en el entorno urbano».
En la presentación se ha mantenido el tono voluntarista señalando que «todas las administraciones y entidades representadas se comprometen en la búsqueda de fórmulas de colaboración desde sus respectivos ámbitos de competencia y reforzar la definición conjunta de criterios, compartir proyectos y agilizar la tramitación de las autorizaciones administrativas respecto a los proyectos y actividades que se realicen en el dominio público marítimo-terrestre y dominio público-hidráulico».
¿Se está hablando de algo en concreto? Los usos que las administraciones autorizan actualmente tienen que ver con eventos puntales (deportivos, culturales, audiovisuales, publicitarios, mercados ocasionales en las orillas, ferias...). Con el protocolo se buscará «agilizar la tramitación de aquellas actividades que no exijan para su autorización una relevante coordinación entre las partes». Para eventos de más enjundia, que requieran una «coordinación sustancial», las diferentes instituciones se comprometen a buscar «la mejor fórmula de materializar la coordinación necesaria para, en su caso, posibilitar su celebración o desarrollo».
Tiene mucho sentido que las administraciones empiecen a moverse en esta dirección no solo por los posibles usos de la ría a su paso por el centro de la ciudad, sino por el protagonismo que tendrá en los desarrollos urbanísticos de Zorrozaurre y Punta Zorroza, donde está prevista una zona vinculada con el ocio, el deporte y la hostelería. Ambos ámbitos están muy próximos, sólo separados por la lámina de agua, que debería concebirse no como una frontera sino como un punto de unión entre las dos zonas más relevantes del futuro Bilbao.
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