Termibus aprovechará los bajos de las torres de Garellano para la estación provisional
La posibilidad de liberar espacio para los autobuses en el solar anexo sumó puntos a favor de la UTE de Amenabar
teresa abajo
Miércoles, 23 de diciembre 2015, 23:03
La futura Termibus ya tiene adjudicatario, anteproyecto y un trayecto definido que deberá ir quemando etapas en los próximos meses. El proceso ha sido tan ... largo que a partir de ahora hay que extremar la puntualidad a cada paso para llegar a la meta a principios de 2018. El primer examen al que se someterá a pie de calle será la estación provisional, que empezará a funcionar en el segundo semestre de 2016 para iniciar las obras de soterramiento de los andenes. Los autobuses no irán muy lejos, saldrán del solar anexo junto a la prolongación de General Eguía, mientras que para las taquillas, oficinas y otros servicios se aprovecharán los bajos desocupados de las torres de Garellano.
Esta es una de las bazas que ha jugado a favor de la UTE formada por Amenabar, promotora de las viviendas, y Viuda de Sainz frente a los otros dos candidatos. Al separar los andenes del resto de las instalaciones se conseguirá un mayor desahogo dentro de las estrecheces que imponen las obras. Además, la estación definitiva, con entrada y salida por la calle Gurtubay, gana en superficie porque de las dos plantas que contemplaba el pliego de condiciones se ha pasado a tres, para la terminal y un aparcamiento de 500 plazas. El nivel-1 conectará con el metro y Renfe en San Mamés, de forma que los viajeros no tengan que salir a la calle cargados con sus maletas.
Con la adjudicación formalizada ayer en Junta de Gobierno, la UTE recibe varios encargos: redactar el proyecto constructivo y el Plan Especial de ordenación de la parcela, definir y construir la estación provisional, ejecutar las obras de soterramiento y explotar la nueva terminal y el parking durante 40 años en régimen de concesión. «Es un proyecto que hará avanzar a Bilbao en clave de ciudad y en clave de barrio», destacó ayer el concejal de Obras y Servicios, Ricardo Barkala.
300 empleos directos
Para los vecinos de Basurto, lo más importante es la plaza que ganan, de 7.000 metros cuadrados. Finalmente el concesionario pagará también la urbanización, así que el Ayuntamiento no tendrá que poner dinero encima de la mesa. A cambio cede el 40% de la parcela de Termibus, con 5.000 metros cuadrados de superficie y 25.000 de edificabilidad para construir un edificio de usos terciarios. Incluirá una zona comercial «compatible con el comercio de proximidad», un gimnasio, un hotel y una residencia de estudiantes «en un entorno universitario». Ambos alojamientos compartirán una terraza a la altura del tercer piso, y a partir de ahí el inmueble se elevará en forma de L hasta las catorce plantas.
Este es el resultado de un proceso de contratación «duro, largo, muy intenso, muy interesante e innovador», en palabras de Ricardo Barkala. El primer teniente de alcalde ha tomado las riendas en esta última etapa, con tres ofertas sobre la mesa, tras el diálogo competitivo en el que participaron seis grupos empresariales. El Ayuntamiento optó por esta fórmula para contrastar la viabilidad de la iniciativa con los operadores después de que el primer concurso quedara desierto. «Hemos innovado en financiación y hemos demostrado a las empresas interesadas en invertir en Bilbao que somos una Administración seria y flexible, capaz de colaborar en proyectos de envergadura», enfatizó.
El concesionario invertirá 22 millones de euros en la estación y el aparcamiento, y la suma se eleva a 40 si se incluyen las obras sobre rasante. El Ayuntamiento ha puesto especial cuidado en separar la gestión de la terminal del edificio de servicios para evitar interferencias y posibles riesgos. La UTE está obligada a vender a un tercero el solar terciario -valorado en 9,3 millones- desde el primer momento. Si las obras del edificio de servicios incumplen la normativa urbanística o se abandona la concesión sin haber ejecutado obra pública por ese importe, el terreno volverá a ser patrimonio municipal.
Se calcula que la estación y el edificio generarán 300 puestos de trabajo directos en una zona que Barkala ve como «ejemplo de transformación». Sabino Arana, el soterramiento de Feve, San Mamés, el Campus Tecnológico de la UPV y Garellano han protagonizado un cambio «increíble si se piensa en cómo era la ciudad hace diez años». La oposición, en cambio, no oculta sus recelos ante la privatización de un solar como pago en especie. EH Bildu cree que «es más transparente y segura la financiación pública, como se ha hecho en Donostia y Gasteiz», mientras que el PP, sin cuestionar la fórmula, duda que los usos del edificio terciario sean los adecuados, y resalta que «siempre se repiten las mismas empresas» en los grandes contratos. Todos coinciden en estar pendientes del calendario. El solar de la estación provisional ha sido cedido por Ría 2000 hasta noviembre de 2017 -está llamado a albergar un rascacielos de Richard Rogers- y ya se está hablando de acabar la estación a principios de 2018, para ejecutar después las obras sobre rasante. A Juan María Aburto, alcalde y presidente de la sociedad pública, le corresponde armonizar plazos e intereses en este viaje.
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