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Trabajadores de la planta de Tratamiento del monte Arraiz se manifiestan a la entrada de las instalaciones.

"Ha sido un susto del copón", confiesa un trabajador que fue hospitalizado

Uno de los siete empleados de la TMB que fueron ingresados relata su paso por el hospital de Cruces a mediados de marzo

Jesús J. Hernández

Viernes, 11 de abril 2014, 12:57

Aitor hizo 47 años a mediados de marzo. Fue un cumpleaños avinagrado, con más preocupaciones que ganas de celebración. La víspera comenzó a encontrarse mal. «Estaba muy cansado, con mareos y un fuerte dolor de cabeza». Al malestar general le siguió una fiebre muy alta, que rondaba los 40 grados. Su médico le mandó al hospital de Cruces, donde pasó hospitalizado cuatro días. En los tres primeros, las altas temperaturas no remitieron. Le hicieron incluso una broncoscopia. Tras ocho jornadas con antibióticos y un par de reposo, pidió el alta voluntaria y se reincorporó. «Para echar una mano a los compañeros», comenta. Ayer no faltó a la concentración.

Cuando comenzaron a acumularse las bajas por enfermedad en la empresa, los representantes sindicales recomendaron a los trabajadores que señalaran a sus médicos dónde trabajaban por si había alguna relación. «Fue tirando de ese hilo cuando algún doctor de Osakidetza se dio cuenta de que no era normal lo que estaba pasando y alertó al servicio de Epidemiología», aseguran.

La experiencia de los pacientes fue diferente cuando se les detectó más tarde, porque ya «se había activado el protocolo» y sabían a qué se enfrentaban. El relato de la sintomatología es similar en todos los casos. «Comienza como una gripe normal, pero siempre con fiebres muy altas. Yo, tras pasar casi dos días con 39, y con picos que llegaban a los 41, me fui directo a Urgencias». Allí le diagnosticaron «neumonía», y poco más tarde se confirmó que se trataba, en realidad, de fiebre Q. «Fue un susto muy grande, del copón. Lo he pasado francamente mal», valora.

Algunos recuerdan que se desplazaron directamente desde la propia central de Tratamiento Mecánico Biológico, a las afueras de Bilbao, hasta el hospital cuando sintieron que les subía la fiebre sin parar. Ahora, la preocupación general está centrada en «que nos manden a casa para que no haya nuevos contagios». Y en los resultados de las analíticas que se han realizado a todos los trabajadores. Ellos darán la medida del brote de fiebre Q que ha paralizado la planta del monte Arraiz.

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