Las constructoras de la Supersur guardarán las 5 toneladas de dinamita y los 2.500 detonadores en un polvorín del Peñascal
Las empresas que se harán cargo de la ampliación utilizarán 1.400 kilos diarios de explosivos para abir el último tramo
La ampliación de la Supersur necesitará de una cantidad ingente de explosivos. Horadar el túnel de Arnotegi será costoso y se llevará a cabo preferentemente ... mediante voladuras. Serán eis explosiones diarias, con un consumo de 1,4 toneladas de dinamita por jornada, para abrirse paso a través de la roca del macizo del Ganekogorta. Esta primera galería representa el 85% de los 2,18 kilómetros que enlazarán el tramo ya operativo de esta autopista con la AP-68. Perforar la montaña será un trabajo meticuloso que se prolongará por espacio de 38 meses y costará 86 millones de euros (el proyecto global supondrá un desembolso de 178 millones y la obra estará lista en 2023). El avance por detonaciones comenzará el mes que viene y concluirán a finales de 2020. Es decir, nos aguardan año y medio de estallidos.
Para mitigar el trasiego constante de dinamita por las carreteras y su obligatoria custodia por parte de la Guardia Civil, las empresas que van a horadar las entrañas del último pulmón verde de Bilbao han pedido permiso para construir un polvorín de cierta entidad. El almacén será bastante más grande que los utilizados habitualmente en la ejecución de obras públicas, según han afirmado las fuentes consultadas por este diario. Tendrá capacidad para contener cinco toneladas de explosivos y 2.500 kilos de cápsulas detonadoras. La infraestructura permitirá disponer de suministros suficientes para tres días. Es decir, los acopios de material podrían reducirse a un transporte y medio por semana. De esta forma, no habría problemas para cumplir la previsión de seis voladuras por jornada, con un consumo de 1.392 kilogramos diarios de dinamita.
Horadar la roca del monte Arnotegi obligará a realizar seis voladuras por jornada durante año y medio
«Clave» para cumplir plazos
La construcción del polvorín ha sido calificada de clave por parte de la unión temporal de empresas a la que la Diputación ha encargado esta encomienda. «Teniendo en cuenta que el traslado de explosivos está limitado a un suministro diario, es fundamental para asegurar el plazo final de la obra, contar con este almacén de explosivos», se afirma en el proyecto que ha sido enviado a la Subdelegación del Gobierno para su aprobación.
De salir adelante la propuesta presentada ante las autoridades de Industria y Energía, la firma solicitante de la autorización -Lurpeko Lan Bereziak, en representación de la UTE Arnotegi- construirá el depósito en la antigua cantera del Peñascal. Se trata de una ubicación ideal por la seguridad que ofrece y su cercanía al tajo. No muy lejos del emplazamiento elegido, las máquinas trabajan ya para ir avanzando en la consecución de la ampliación de la Supersur. Cabe recordar que el túnel de Arnotegi (en realidad son dos tubos, uno para cada sentido) se excavará a través de una única boca, de oeste a este, para mitigar la afección al entorno natural del Bolintxu, una zona de acuíferos que goza de gran diversidad y fama entre los montañeros y cuya defensa ha suscitado un movimiento en contra de la extensión de la Supersur hacia la AP-68.
El polvorín tendrá un perímetro vallado. El recinto ocupará unos 1.500 metros cuadrados. En su interior se habilitarán dos silos. El más grande estará destinado a almacenar la dinamita (habitualmente se utiliza del tipo Goma 2 y nagolita, una mezcla de nitrato amónico y gasoil), mientras que el segundo acogerá hasta 2.500 detonadores. En ambos casos, las medidas de seguridad serán máximas. «Las paredes de roca de la cantera ofrecen una excelente protección natural», se asegura en el proyecto presentado. Además, las estructuras contarán con muros de hormigón de hasta 30 centímetros de grosor y un relleno de tierra para amortiguar una posible explosión. Su construcción costará 24.000 euros.
Otro de los aspectos que suelen preocupar a las autoridades es la presencia de vías de comunicación o viviendas en el entorno de un polvorín. En este caso, las casas más próximas se ubican a no menos de 400 metros, mientras que la propia Supersur se halla a 300 metros.
La Diputación, además, ha impuesto una serie de limitaciones a las voladuras. Por ejemplo, no se podrán ejecutar en las cercanías de las instalaciones del Consorcio de Aguas en Bolintxu. Tampoco está permitido utilizarlas en algunos puntos sensibles, donde se actuará con medios mecánicos. En caso de llevarse a cabo explosiones a cielo abierto o a una distancia inferior a 100 metros al emboquille, los cartuchos se detonarán entre las 7 de la mañana y las 11 de la noche, para evitar afecciones al entorno. En la primera fase de la Supersur hubo recurrentes quejas de algunos vecinos de Bilbao por el ruido y las vibraciones.
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