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Faltaban algo más de dos horas para que arrancara el partido de ida de la final de la FIBA Europe Cup y ya cerca de ... 300 aficionados del Bilbao Basket se concentraban en el exterior de Miribilla. Eran las seis menos cuarto de la tarde y decidieron empezar el partido ahí, mucho antes del salto inicial. Una ocasión tan especial lo merecía. Esperaban en la zona de entrada a los jugadores, sus héroes, para empujarles, arroparles, darles un abrazo... Decirles que están con ellos en una jornada histórica. Botes de humo, gritos y aplausos. La afición jaleaba a los de Ponsarnau y, poco a poco, la cifra de hinchas se incrementaba. Todos de negro, como los profesionales que han llegado de ilusión a todo Bilbao. Al final, se juntaron unos 500.
El primero en acercarse a Miribilla fue Muhammad-Ali Abdur-Rahkman. Poco a poco, le siguieron sus compañeros. Todos arropados. Aplaudidos. Queridos. De Ridder, por ejemplo, se sumó a la comunión, esquivó las vallas y se juntó a los hinchas. Bagayoko, Melwin Pantzar, ZoranDragic, Rubén Domínguez, Hlinason, Sylla y Kullamae. Son los hombres señalados para tratar de que el Bilbao Basket logre el primer título europeo de su historia.
Y la gente les ofreció una dosis extra de energía, esa que necesitan para tumbar a un equipo como el PAOK griego, que también ha llegado acompañado de un nutrido grupo de seguidores que se ha plantado en Miribilla escoltados por la Ertzaintza. Sin incidentes, eso sí.
Después de la llegada de los hombres de negro, la afición ha invertido el tiempo en tomar algo pero también en jugar en los diferentes actividades que se habían organizado en el exterior del campo: encestar, pinta caras... A medida que se acercaba la hora del encuentro, el ambiente subía de decibelios en un Bilbao Arena a reventar. Fuego, un tifo y un mosaico negro y rojo recibió al Bilbao Basket. Hasta que marcaron la primera canasta. Un recibimiento espectacular. Y con regalo, una camiseta conmemorativa del duelo de esta noche. Un recuerdo para siempre de un sueño que puede hacerse realidad dentro de una semana en Grecia.
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