Competir sin entrenar, gran problema

Rafa Pueyo tendrá que tirar de las primeras páginas de su catecismo, de ese grupo de sistemas que sus hombres han memorizado y repetido en mayor número de ocasiones. Por primera vez en su historia, el Bilbao Basket se presenta a un examen sin haber hincado los codos. Los jugadores, al no percibir la mensualidad prometida vía pagarés decidió no entrenar, entendido como tal el trabajo colectivo. Nada de scouting, vídeos y trabajo táctico en la cancha. El miércoles su presencia en Miribilla se limitó a trabajo físico y de recuperación a nivel individual. Por la tarde varios jugadores volvieron al Bilbao Arena para hacer tiro o avanzar en su rehabilitación. El jueves más de lo mismo y ayer viernes, ante la confirmación de que no sería día de cobro la plantilla se reunió en el vestuario por espacio de dos horas y a su conclusión se vio a algunos hombres de negro vestidos de corto enfilar por el pasillo interior de Miribilla hacia la cancha donde de trabajar lo hicieron por libre. Hoy, por la mañana, las puertas del pabellón estarán abiertas para quien quiera acercarse a calibrar el tiro y la cita para desplazarse a Vitoria a pelo táctico es a las seis de la tarde.

Marronazo en toda regla para Rafa Pueyo, técnico al que más cosas ya no le pueden suceder esta temporada. Además de no poder trabajar con el grupo lo que había preparado, se enfrenta a la necesidad de motivar a una plantilla que tiene su mente compartimentada, con lo que ello de nocivo tiene para buscar la concentración idónea para un partido. Tratarse de un derbi no hace más que dificultar la predisposición. El Baskonia trabaja ya con la velocidad de crucero colocada en modo play-off y huelga decir que tiene en sus filas, y por supuesto en sus gradas, la fijación de hacer morder el polvo a los hombres de negro con la mayor virulencia posible. Con todo lo que le está cayendo encima al Bilbao Basket, sus peñas no se desplazarán al Buesa y estará el equipo más solo que nunca ante el peligro.