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Javi Salgado: «Mi corazón me pedía seguir, pero mi cabeza me decía que era el momento»
El base de Santutxu se despide del baloncesto profesional desbordado por la emoción: «El ascenso es un broche de oro para cerrar mi carrera»
Roto por la emoción, con las lágrimas que desbordaban unos ojos que ven el baloncesto como nadie, Javi Salgado, el referente del Bilbao Basket, anunció ... que se retira, que deja el baloncesto, ese deporte que tanto le ha dado y del que tanto ha disfrutado. Arropado por su padres, su mujer Olaya, su hermano y sus suegros, que tampoco fueron capaces de poner un muro a un instante tan sentimental, el base de Santutxu aceptó que le ha costado tomar esta decisión, que lo ha sopesado durante largo tiempo, pero por mucho que quisiera continuar, la razón le dijo: «Es el momento». «En mi corazón siempre pensaba que podía aportar, seguir jugando. Esta temporada me he encontrado bien, nos han ido bien las cosas. Mi corazón me pedía seguir jugando, pero mi cabeza me decía que era el momento. Y las personas cercanas me lo hacían ver», confesó. Sin embargo, se marcha con un dulce sabor de boca, después de haber devuelto a RETAbet, su escuadra, a lo más alto del baloncesto, a donde «se merece». «No he podido tener un final mejor. Es un final inmejorable. Y más conseguir el ascenso en Bilbao y con el Bilbao Basket. Es un gran broche de oro para finalizar mi carrera», se ha mostrado orgulloso. Eso sí, no se va muy lejos. Se integrará en el cuerpo técnico de Álex Mumbrú.
Había preparado este chaval de barrio, la imagen del club, un discurso. Lo tenía escrito. Y aguantó buena parte de su comparecencia, estoico. Poco a poco, sin embargo, se notaba que la emoción se hacía más fuerte, ganaba el pulso. Hasta que se rompió. Estaba en el momento de los agradecimientos. Se había acordado de todos sus equipos –Maristas, Patronato, GBC, Estudiantes y, por supuesto, el Bilbao Basket–, de los aficionados, a la siempre presente y fiel marea negra... Pero cuando recordó a sus entrenadores, las lágrimas le superaron. Hubo un aplauso, un mensaje de ánimo al gran capitán que, a duras penas, pudo completar su discurso, con un sentido agradecimiento a su familia, a sus hijos – «tenía la ilusión de volver a jugar en el Bilbao Basket para que mis hijos me vieran con esta camiseta y consiguiendo algo importante»–, y a Olaya, su mujer. «Un referente, un apoyo. Solo ella y yo sabemos los momentos malos y duros que hemos pasado. Intento ser el mejor compañero posible y la mejor persona posible a su lado. Sin ella no lo hubiera podido conseguir».
«Una lucha interna»
No hubiese logrado entrar en la historia un equipo como el Bilbao Basket. Convertirse en un mito, en la leyenda de una entidad. Cogió la pelota Salgado hace 30 años, se ha dedicado durante dos décadas a este deporte de manera profesional, y el viernes 28 de junio, a eso de las 12 de la mañana, dictó el final de su trayectoria. «Ha sido una lucha interna. Sabía que mi rol en ACB era distinto. Era el momento de tomar esta decisión. Como jugador me gusta mucho jugar, entrenar... Era el momento y el marco perfecto para hacerlo», afirmó un jugador siempre educado, cercano, que empezó su despedida con un agradecimiento a las personas que habían acudido a su adiós, entre ellos su amigo y futuro compañero de banquillo Álex Mumbrú, y Rafa Pueyo.
Entre los agradecimientos se ha detenido en las aficiones. «Siempre me he sentido muy querido». Ha reconocido que siempre hay gente a la que «no les puede gustar», pero se ha sentido respaldado por la hinchada. Porque también él ha puesto de su parte. «Siempre he tratado ser un jugador honesto con mi esfuerzo, implicado. Y se ha visto en el cariño de todas las personas. Y, por supuesto, a la marea negra. Tenemos una afición que es un orgullo para todos. Es un activo para este club y para esta ciudad», ha reconocido.
.@JaviSalgado4, un HISTÓRICO de la ACB.
— Liga Endesa (@ACBCOM) June 28, 2019
1️⃣4️⃣ temporadas
1️⃣0️⃣.3️⃣9️⃣0️⃣ minutos
3️⃣.8️⃣4️⃣5️⃣ puntos
1️⃣.6️⃣7️⃣2️⃣ asistencias
6️⃣6️⃣1️⃣ triples
3️⃣.8️⃣9️⃣8️⃣ valoración#LigaEndesa pic.twitter.com/uZ4WRFu7lq
Se queda, de esos 20 años, con los dos ascensos, el que que se produjo en León, en 2004, en su antigua casa. Y el más reciente, el de hace un mes, en un Miribilla abarrotado. Todavía se le pasan aquellas imágenes por la cabeza, aquel triple de Schreiner, el coraje de Brown... Él, elevando al cielo del Bilbao Arena el título de campeones, el que certifica que sí, que se había logrado el salto de categoría. «Me quedo con el último ascenso por ser el más cercano», ha elegido. Ahí ofreció su último servicio, el que le permite irse con la cabeza alta, con la retirada soñada: el equipo al que tanto ha querido, y seguirá queriendo, vuelve a estar en la ACB. «Es un broche de oro para mi carrera».
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