«Somos honestos, con los pies en el suelo, sabíamos que el año sería difícil»

-¿Está siendo más difícil de lo esperado?

-Somos bastante honestos y tocamos con los pies en el suelo. Queremos un encefalograma plano. Sabíamos que iba a ser un año difícil y cuando confeccionas un equipo puede tardar más o menos en adaptarse. Y nos está costando algo más.

-¿Cuándo vio que las cosas no iban como esperaba?

-Al club y a mí nos gusta la continuidad de los jugadores porque nos basamos mucho en el trabajo diario. Si hacemos una buena temporada nuestros jugadores se revalorizan y debemos hacer un equipo nuevo cada verano. Es bonito hacerlo porque haces progresar a jugadores que apostaron por el club cuando nadie contaba con ellos, pero te genera el reinventarte anualmente por tus limitaciones de presupuesto.

-Lo extraño fue lo del año pasado, dar en la diana de ese modo.

-Sí, pero veníamos de una continuidad desde la LEB, aunque le chirriara a la gente. Traes gente de diferentes culturas y debes conseguir que se acoplen al pensamiento único como equipo. Cuidamos mucho el carácter de los jugadores que vienen. Puede haber buenos jugadores que no encajan en la estructura de lo que quieres hacer. Y cuando eso sucede debes estar atento para reaccionar. Pero en nuestro caso el techo económico es inamovible. No podemos hacer ni un exceso, es algo que está muy controlado.

-Ya ha habido cambio de cromos. Además de la lesión de Rigo, se percibía debilidad en la pintura y el peligro de depender en exceso de Balvin.

-Es una de nuestras piezas importantes, pero para que sea mejor jugador tiene que tener una respuesta de un compañero que le ponga las cosas difíciles, porque si no puedes entrar en un estado de confort. Es importante ser un equipo, ser doce que puedan entrar en cualquier momento.

-La confianza de los gestores del club en usted es total.

-Ya sabes que no me gusta perder, pero sólo sé una fórmula. Si mi hijo no aprueba le pongo clases particulares. Cuando no ganamos, pasamos más horas entrenando, todas las que haga falta. Cualquier fórmula tiene que ver con el trabajo. Estoy tranquilo en ese aspecto y el club sabe cuál es la situación, debilidades y fortalezas. Somos una franquicia sólida, con las ideas claras, y el entrenador también lo nota.

-No deja de quitarle un peso de encima.

-El año pasado fue algo extraordinario, con el peor presupuesto y un equipo para mantenernos jugamos la Copa y estuvimos en puestos de play-off. Eso nos podía hacer daño este año y quizá lo hizo al principio. Cuando las expectativas son altas vas con una presión innecesaria. Se junta con que no tenemos público y a nosotros nos da un empuje, un plus con el que otros no cuentan. Este año estamos viendo un poco más nuestra realidad. Somos un club muy maduro, que no se deja llevar, se agradece que la gente lo entienda.

-Pero ya sabe cómo es la condición humana, lo duro que resulta aceptar la humildad. Por presupuesto el equipo debería moverse más o menos por donde está ahora.

- Cierto y nuestra obligación es luchar contra esa realidad, queremos ser un equipo ambicioso dentro de nuestras posibilidades. Yo lo soy, como el club, y quiero que los jugadores también lo sean. La humildad y saber cuál es tu sitio no está reñido para que seamos ambiciosos y queramos ganar todos los partidos. Si no lo consigues no te queda otra que trabajar más para ser mejor equipo. Es la filosofía de los vizcaínos, gente trabajadora, humilde, que consigue las cosas con trabajo.

-Han perdido con siete equipos que están en el Top9 de la clasificación. Casi han ganado lo que debían, Obradoiro y Betis.

-Está claro que no nos ha ido bien y además hemos tenido suspensiones, aunque venimos de ganar en Sevilla sin poder entrenar y preparar el partido. Ahora nos llega un tramo contra rivales que están en nuestras posiciones, que no quiere decir que sean más asequibles, porque serán partidos importantes para ambos. Salvo contra Baskonia y quizá Barcelona hemos sido competitivos con todos.

-¿Con público en Miribilla tendrían alguna victoria más?

- Es basket ficción, pero seguramente sí. No es lo mismo ver a tu gente en cartón puesta en la grada. Necesitamos su ánimo, su adrenalina que nos hace volar. Sé que está con nosotros pese a que lo estén pasando mal. Tenemos una de las mejores aficiones y la echamos mucho de menos.

-Va apareciendo el sello Mumbrú.

-El sello Mumbrú es luchar. Por culpa de no haber público se están viendo resultados muy abultados y a nosotros no nos ha pasado eso. Hemos sido capaces de volver de momentos malos. Siempre hemos luchado. Los que me conocéis sabéis que además de ser ambicioso llevo mal no luchar. Repito, aquí no está sucediendo porque nos estamos generando posibilidades de competir por los partidos, aunque luego no nos los llevemos por desacierto o porque no ser tan buenos.

-¿Ha gastado mucho trabajo mental para que a la plantilla no le pesen tantas derrotas?

-Tenemos como dos grupos. El que viene del año pasado con las expectativas altas y que debe volver a la realidad, a la casilla de salida. Y otro grupo que vio lo del año pasado pero no lo vivió. Todo eso hay que resetearlo. Lo bueno del deporte es que te da una oportunidad cada fin de semana. Y lo malo es que lo que hiciste hace un mes ya no vale, no sirve.

-Como están las cosas, ¿molesta Europa?

-No somos como Tenerife o Burgos que van a intentar ganar la Champions. Pero no nos podemos quejar. Decidimos jugar, nos lo ganamos el año pasado. Los jugadores con menos minutos contarán con más porque sólo así podemos intentar ser un equipo de doce. Pero vamos a competir e intentar ganar todos los partidos. No regalamos nada ni entrenando. Que jueguen unos u otros no significa que renunciemos a nada.