Emotivo adiós de Miribilla a sus héroes
Baloncesto ·
Último partido. La marea negra se rinde su equipo en una ceremonia cargada se sentimientos y celebra la renovación de HlinasonJosé Félix Cachorro
Bilbao
Viernes, 30 de mayo 2025, 21:21
El Surne Bilbao Basket cerró este viernes el telón de la temporada 2024-25 con el partido frente al Barcelona en Miribilla. Fue un adiós ... feliz por haber logrado la permanencia un año más, el objetivo principal, y por la consecución de la FIBAEurope Cup, el primer título internacional del club vizcaíno. Era la última reunión de la totalidad de los protagonistas que se han ceñido la corona continental, ya que el próximo curso varios jugadores habrán cambiado de destino y serán sustituidos por nuevos hombres de negro. La marea negra recordará siempre el curso en el que los suyos levantaron el trofeo europeo en la pista del PAOK Salónica, un infierno que no pudo con la ambición del Surne.
Antes de arrancar el duelo, por megafonía se saludó al excapitán del Bilbao Basket Rafa Martínez, integrado ahora en el cuerpo técnico azulgrana. Una de las felices sorpresas de la tarde llegó en el descanso entre el primer y segundo cuarto, cuando se anunció la renovación por dos temporadas, hasta 2027, a Tryggvi Hlinason. El Surne ata así a uno de sus actuales pilares para el próximo curso. Un pívot situado entre los diez mejores jugadores de la Liga Endesa en rebotes, tapones, mates y eficacia en tiros de dos puntos es un tesoro para cualquier equipo. Hlinason, un 'cinco' de corte clásico de 215 centímetros, ha despuntado por su enorme regularidad. La torre nórdica, de 27 años, llegó al Surne en la campaña 2023-24.
Cuando quedaban poco más de dos minutos para la conclusión, Thijs De Ridder fue sustituido y el belga aplaudió entonces hacia la tribuna y se tocó el corazón. El joven ala-pívot, que no seguirá en el Surne, agradecía así el apoyo de un público que le respondió con una ovación. Poco después fue cambiado Xabi Rabaseda, y también fue aclamado por la hinchada mientras el capitán devolvía el reconocimiento desde el banquillo y también señalaba al corazón.
Lágrimas y discursos rotos
Tras el partido, vino la hora de la despedida, con las gradas a tope para ver por última vez a jugadores y técnicos este curso. ¡Los hombres de negro!, bramaron los altavoces, y los aludidos se retiraron a los vestuarios. Desde allí desfilaron de uno en uno para recibir un trofeo y dejar unas palabras mientras brillaban las columnas de centellas.
Todos los jugadores, todos, agradecieron el apoyo de las gradas en «los buenos y malos momentos», la frase más repetida en una ceremonia cargada de sentimientos. De Riddar fue uno de los más afectados por el adiós. «Aúpa Bilbao Basket, gracias». manifestó el belga, visiblemente emocionado y sin poder terminar su breve discurso. También Rabaseda se ganó miles de aplausos después de sus palabras: «Gabon, Miribilla. Siempre estáis con nosotros y animo a no dejar de hacerlo cuando las cosas vayan mal o vayan bien. Han sido tres años brutales y fantásticos con mi familia en Bilbao. Todas las etapas de la vida acaban, os espero ver el año que viene aunque sea con otra camiseta. Maite zaitut». El gran capitán no pudo contener las lágrimas.
«Mil esker»
Jaume Ponsarnau se dirigió a sus hombres, «un grupo impresionante que siempre se ha vuelto a levantar. Nunca olvidaré a este equipo. Mil esker a todos los compañeros de staff. Eskerrik asko. Jugar aquí es una gozada. Tenemos un compromiso: hacerlo mejor. Gora Bilbao».
El alevín del Surne, el maliense Bassala Bagayoko, dio «las gracias a todos y a los entrenadores por volver a ser un jugador. Uno más de Bilbao». Jugadores y técnicos se abrazan. Algunos no volverá a verse jamás. Los hombres de negro regalaron cosas y chocaron las manos con los hinchas. Zoran Dragic repartió sus zapatillas mientras dejaba la pista. Cosas de un equipo único.
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