22.000 kilómetros, 13 aviones y cinco autobuses en 20 días
Vuelta al mundo ·
El Surne Bilbao Basket inicia este martes una gira que le llevará a jugar cinco de sus próximos seis partidos lejos de Miribilla entre la ACB y la Europe Cup, con Georgia como el primer y el más lejano destino
Con la resaca de la victoria ante el Real Madrid todavía metida en el cuerpo, revitalizado con un potente cóctel de sensaciones positivas, el Bilbao Basket inicia este martes una gira de 20 días que más allá de la ACB le llevará a competir en tres países diferentes y recorrer casi 22.000 kilómetros entre aviones y desplazamientos por carretera. Nada de chárters, de viajes cómodos y accesos VIP, sino vuelos en línea regular con sus correspondientes escalas y esperas, además de autobuses que trasladarán a la plantilla al destino último cuando la ciudad en cuestión carezca de aeropuerto o conexiones que permitan aterrizar directamente en el escenario del partido. Los hombres de negro jugarán cinco de sus próximos seis encuentros lejos de Miribilla, entre la ACB y la FIBA Europe Cup, visitarán Georgia, Eslovaquia y Bulgaria, además de Gran Canaria y Granada, cogerán 13 aviones, harán cinco viajes en autocares y dormirán en seis hoteles.
La expedición del Surne pasará 15 de los próximos 20 días fuera de casa y de viaje. La aventura comienza precisamente este martes con el desplazamiento más largo de esta serie que llevará a los vizcaínos hasta Georgia. El equipo saldrá del aeropuerto de Loiu rumbo a París, donde hará escala –habrá un total de cinco hasta noviembre– y cogerá un vuelo que le transporte a Tiflis. Allí se medirá este miércoles al Kutaisi (18 horas) –se ahorra 440 kilómetros de autobús porque los locales no juegan en el pabellón de su ciudad sino en la capital– en el partido correspondiente a la segunda jornada de la fase de grupos de la FIBA Europe Cup. Los bilbaínos regresarán a casa vía Múnich –a las cinco de la mañana de este jueves–, lo que hará un total de 7.850 kilómetros solo en este recorrido.
Será dejar las maletas y coger otras porque al día siguiente, el viernes 18, el Bilbao Basket volará a Gran Canaria, donde el sábado le aguarda el Dreamland de Jaka Lakovic (20.45 hora peninsular). De las islas dará el salto hasta Viena (3.576km) y allí cogerá un autobús que le trasladará a la ciudad eslovaca de Prievidza, donde el martes 22 se medirá al conjunto local del mismo nombre (19 horas). Nada más acabar el choque, los hombres de negro regresarán en autocar a la capital de Austria para hacer noche y a la mañana siguiente retornar a Loiu con escala en Dusseldorf (Alemania). Entonces se tomarán el único respiro en este carrusel de viajes porque reciben al Valencia el último domingo de octubre. Unos días en casa antes de volver a despegar rumbo a Bulgaria y después a Granada.
Más y más kilómetros
Porque el 30 de octubre hay partido en Botevgrad, donde los jugadores dirigidos por Jaume Ponsarnau devolverán la visita al Balkan (18 horas). En La Casilla, el Surne ganó por 40 (95-55) y tocará reeditar el duelo en la pista búlgara. El plan de viaje, salvo alteraciones de última hora, será el siguiente: salida de Bilbao con destino a Múnich, que hará de punto de conexión con Sofía. Allí, en el aeropuerto de la capital, esperará un autobús que llevará a los hombres de negro hasta el escenario del encuentro. Solo serán 62 kilómetros por carretera, la misma por la que regresarán al día siguiente para tomar un vuelo que les trasladará a Viena. ¿Por qué? Porque en Austria embarcarán en otro avión rumbo a Málaga (2.139km), donde volverán a subirse a un autocar con destino a Granada. 135 kilómetros de asfalto hasta la localidad nazarí, el punto final de una odisea que se adivina agotadora.
En realidad, aún quedará el viaje de regreso a Bilbao después del choque en el Palacio de los Deportes de Granada. Se disputará el sábado 2 de noviembre a las 20.45 horas. Al día siguiente, la expedición –o lo que quede de ella– volará al aeropuerto de Loiu y después el equipo se irá al polideportivo de Artxanda para recoger los coches e irse a casa. A modo de resumen: serán 21.715 kilómetros recorridos en 20 días, con 13 vuelos, cinco escalas y cinco desplazamientos en autobús. Todo ello en un contexto de competición en el que habrá que sacar adelante los tres choques continentales –el Surne es muy superior al Kutaisi, Prievidza y Balkan– y tratar de cazar algo en Gran Canaria y Granada, con la complejidad que conlleva salir airoso fuera de casa en la Liga Endesa. Un dato relativo a este último supuesto: el Bilbao Basket solo ha cosechado tres triunfos fuera de Miribilla en la pasada ACB, los mismos que en la campaña 2022-2023.
Aspiraciones nobles
No es ningún secreto que la franquicia de Miribilla cultiva aspiraciones nobles en la FIBA Europe Cup. Fue semifinalista en la pasada edición del torneo –20 minutos malos ante el Chemnitz en Bilbao le privaron de jugar el duelo por el título– y ahora también aspira a lo máximo. Estos viajes pondrán a prueba la fortaleza física y mental de un equipo que batalla en dos frentes, doméstico e internacional, acostumbrado a nadar a contracorriente y a crecerse en la adversidad. El presupuesto es el que es y toca ajustarse a sus parámetros, tanto a nivel deportivo como logístico, con desplazamientos largos y escalas en vuelos de línea regular.
Noticia relacionada
El Bilbao Basket avanza por la senda de un equipo equilibrado
Y que no pase nada en los viajes con conexiones y equipajes, que en el pasado llegaron más de una vez tarde a su destino. Perder o llegar con retraso a alguno de los vuelos trastocaría la hoja de ruta, conllevaría modificaciones y más tiempo en marcha. Este martes es el primero de los próximos 20 días de aventura del Bilbao Basket, con seis partidos por ganar.
