Los predilectos de Ivanovic
El técnico azulgrana mantiene un reducido círculo de jugadores de confianza, obligado por la necesidad de resultados y sujeto a ampliaciones
Construir es el anhelo de cualquier entrenador, pero se trata de un proceso que se debe compatibilizar con la obtención de resultados. Ambos caminos han ... colisionado en la que está siendo una de las temporadas más difíciles para el Baskonia en lo que va de siglo. En medio de la tormenta se encuentran Dusko Ivanovic y una plantilla imperfecta, golpeada por las lesiones y justa de efectivos para abordar la exigencia de competiciones como la Euroliga o la Liga ACB. El último triunfo en la cancha del Real Madrid devolvió toda la épica de los choques desiguales con victoria para el más débil, con el montenegrino como vencedor moral y una plantilla esforzada hasta el extremo. La figura de Ivanovic volvía a dominar el primer plano con su resolución férrea y su fe a la hora de luchar cada partido por muy cuesta arriba que se ponga.
El duelo en el WiZink Center fue el noveno de la tercera etapa del balcánico a los mandos del conjunto azulgrana. El balance provisional muestra tres victorias (Barcelona, Gran Canaria y Real Madrid) y seis derrotas (Alba Berlín, Fenerbahce, Zenit, CSKA, Zaragoza, y Manresa). A punto de cumplir un mes desde su llegada, maneja una plantilla de la que se ha caído Luca Vildoza y que sigue sin ser reforzada. Cuando aterrizó, cundía el estado de alarma y el nivel de tensión no ha disminuido. La clasificación copera se escapó y el Baskonia se agarra a la Euroliga mientras Ivanovic se encuentra inmerso en el proceso de reconstrucción de un equipo agrietado a su llegada. Sin margen para experimentos, el montenegrino rebaja al mínimo las concesiones dentro de una plantilla en la que mantiene un núcleo duro de jugadores de confianza. Es el círculo de los predilectos de Ivanovic, siempre abierto a ampliaciones pero que ahora se apoya en los reclutas que entiende más aptos y dispuestos para sacar adelante los partidos.
Cuerpo y mente
La guardia más cercana la forman Henry, Janning, Shields y Shengelia; todos con alto protagonismo e imprescindibles a ojos del técnico, ya sea por las carencias en las posiciones que ocupan o por mera experiencia y calidad. Ivanovic busca un quinteto básico sobre el que funcionar, aunque la confianza es variable en el caso de jugadores como Stauskas, Fall, Polonara o Eric. Su minutaje por partido es variable y el margen para el error, más estrecho. El canadiense puede diluirse o gripar en defensa, pero su calidad puede ayudar a cambiar partidos, tal y como sucedió en el tramo final ante el Real Madrid.
Fall transita en la intermitencia de su inmadurez, pero ha demostrado que, en su versión más equilibrada, también es capaz de romper guiones. Polonara se ha convertido en un jugador capaz de tapar la limitación de efectivos en la línea exterior para incluso ejercer de alero mientras Eric y Diop siguen sin ser imágenes fijas en el puesto de 'cinco'. El protagonismo decae para Sergi García, ahora con serios problemas para superar el listón marcado por Ivanovic, y para Miguel González, que sigue sin jugar ni siquiera de forma esporádica. Una milicia reducida para vivir el presente mientras los cuerpos y las mentes aguanten.
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