Un paseo con Pablo Laso por Vitoria. «Lo que más he echado de menos es la cercanía de la gente»
El técnico vitoriano considera «agradable» el ser saludado por conocidos y amigos cada vez que sale a la calle. «Hay mucho cariño»
Pablo Laso es uno de los embajadores con más repercusión de Vitoria. El técnico de San Viator ha vuelto a la capital alavesa 29 años después y no desperdicia ocasión para sacar pecho de la cultura, la gastronomía y otras bondades de la ciudad. En la previa a volverse a medir con el Real Madrid, por primera vez en liga desde su despido, se ha calzado las deportivas y se ha dado un paseo por las zonas más transitadas junto con el departamento de comunicación de la ACB. «Es una ciudad que te lleva a caminarla y disfrutarla. Lo hago bastante», comentaba mientras caminaban por el Paseo de la Senda.
🎁 Este año, los 𝙍𝙚𝙮𝙚𝙨 𝙈𝙖𝙜𝙤𝙨 dejarán en #LigaEndesa el reencuentro de @pablolaso con @RMBaloncesto en el Buesa Arena.
— Liga Endesa (@ACBCOM) January 3, 2025
Un Buesa que conoce muy bien como rival... y que disfruta ahora como anfitrión.
PABLO LASO, a corazón abierto sobre su vuelta a @Baskonia y a Vitoria. pic.twitter.com/uBgGBPOIwY
«Allí vive en Lehendakari», indicaba, «mientras que al fondo va a hasta Mendizorroza, donde yo empecé a jugar». Pasan ya muchos años de sus inicios en el baloncesto, también en el Estadio. «Aún me lo recuerda la gente. Pero hay una nueva generación de baskonistas a los que les dicen de pedirme un autógrafo y pensarán ¿quién será este?. Me verán solo como el entrenador», asume con una sonrisa.
Transmite comodidad. Mantiene gestos de su época de jugador como la de sentarse en la parte superior de un banco del Parque de la Florida. Una mueca juvenil a sus 57 años, los que le hacen ver con perspectiva los pitos y cánticos que recibía cuando regresaba a Zurbano con el Real Madrid. «Me silbaban porque la gente defiende a su equipo, es la identidad de este club. Ahora la sensación es la contraria. Me van a defender a muerte», asegura.
Querido y aplaudido por el Buesa Arena cada vez que entra a escena por la esquina de los vestuarios, Laso reconoce que es ese apego el que más echaba en falta en sus años lejos de Vitoria. «Lo que más he echado de menos es la cercanía de la gente. Yo antes, para quedar con mis amigos en Vitoria, sabía dónde encontrarlos sin necesidad de un móvil y eso siempre lo echas de menos», reivindicaba. Al técnico, en cada sitio por el que pasa tiene a alguien que le saluda. «Hoy tomaba algo en la parte vieja con mi hijo y se extrañaba de que conociera a 'este camarero de este bar'. Esto para mí es agradable», sostiene.
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Pese a que a buen seguro le gustaría mejorar los resultados sobre la pista, Laso considera que conforma un «buen matrimonio» con el club. «En Alemania estaba muy bien pero tenía la sensación de que no era bueno que siguiera allí. En el último mes y medio veía cosas que me hacían sentir con ganas de regresar a casa. Sentía la necesidad de volver a la ACB», relató sobre su fichaje por el Baskonia. «Salió la oportunidad rápido, fue terminar la temporada y el Baskonia estuvo muy listo. Fue muy rápido. Me sentí atraído enseguida y al final conseguimos que yo estuviera en casa y que el Baskonia fichara a Pablo Laso», remata la conversación.