Vuelta a lo cotidiano, para llenar el plato, aunque sigamos observando franjas con inaniciones insoportables. Pasaron los peores fuegos que encendieron a la ciudadanía por ... el apagón de los que votaron y los botes de alegría, con Irrintzi, después de 50 años irrepetibles. Primer examen en casa sin dos vitorianos sobresalientes.
La estampita
La plantilla con algunos ausentes y la grada también, a pesar de recibir a un gallo de la competición. Comienzo apabullante de los griegos que obligaba a Paolo a pedir en el banquillo ese arroz de toda la vida, SOS. Dorsey y sus cócteles Vezenkov explotaban en nuestro aro sin que ninguno de los nuestros apagara su mecha. Se jugaba en Euskadi pero teníamos la sensación de estar en la Comunidad Valencia por como nos caían chuzos de punta. Milutinov jugaba contra niños por los adentros, nuestras pérdidas un derroche y el ataque un esperpento.
Pero la entrada de Frisch fue como ese agua fría de la mañana que espabila a un muerto. Por su acierto, el de Howard y el despertar de Forrest volvimos a la batalla dando guerra. La defensa les iba complicando su existencia a la par que descubrimos que correr existe. Galbiati, sin galbana en los cambios, encontraba intensidad y más actores. Ward acallaba el pabellón, Peters despertaba a su muñeca mientras Diallo y 'Timo' cambiaron la estampita de la primera.
Nos despegaron de la victoria
Adelantaba Tadas al Baskonia por primera vez en toda la noche lo que encendía a Bartzokas. Primaban las defensas sobre los ataques aunque Tyler tirase de los suyos. Los balones a los que no se les prestaba el valor debido sumaban a nuestro debe y al suyo para conseguir que ninguno se alejase del otro. El pequeño Markquis aparecía a lo grande junto a un Luwawu inmenso toda la velada. En los helenos su alero alto ponía la Sasha y el rebote ofensivo fue nuestro tropiezo. El partido en un puño sin ninguno de los contendientes dando palmas.
Digno de mención el empleo del verbo compartir y el pensar en el otro más que en uno mismo. Encontramos la felicidad en las zapatillas de correr y sisando unos cuantos rebotes en su aro muy ricos. Ya teníamos el mando, lo que siempre es bueno en cualquier cosa televisada. Todo por decidir esperando a los que nunca están en el Ventorro de los aros. Los triples de Walkup y Vezenkov, las cartas de Fournier y un gran Nikola nos despegaron de la victoria.
Final
Buenas sensaciones sin premio las de un Baskonia que se las puso tiesas a uno de los gallos de la Euroliga. Muchas cosas positivas en los recién llegados y en los de antes que todos sabemos. Sólo por los pequeños detalles, sus grandes jugadores y el acierto siempre obligatorio nos fuimos sin recompensa.
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