Hay una clave que se nos ha de quedar grabada en nuestra manera de actuar que hemos de ser bien conscientes de ella: ser reconocibles, ... saber cómo somos, llamémosle también eso tan 'de calle' como el 'de qué vamos'. Diría que es un ejercicio bien duro, y al mismo tiempo tan necesario, porque desde este reconocimiento se refuerzan después las acciones a tomar si quieres tener cierto recorrido en tu proyecto.
'De qué va' el Maccabi es algo que podemos, con ciertos matices, identificar claramente: es un equipo que desprende un intenso aroma a bases acompañados de complementos muy físicos que de un lado liberan espacios y por otro, desgastan de tal manera al rival que acaban obteniendo ventaja, bien en nuevas posesiones, bien en aprovechar desequilibrios en beneficio propio. Es reconocible por tanto su calidad y talento exterior y su intenso trabajo físico en ambos aros.
Ya no hace falta descubrir sino insistir en el dominio de Lorenzo Brown en el puesto de base; ya lo comentamos. Es probablemente uno de los tres bases más referentes de esta Euroliga y su mera presencia en la cancha condiciona a su equipo y aún más a su rival. Lo destacable en este caso es que en la construcción de la plantilla israelí precisamente se refuerza este puesto para darle la suficiente consistencia y al mismo tiempo alternativa, cuando él no esté presente.
El Maccabi es un equipo que desprende un intenso aroma a bases
A Baldwin lo conocemos muy bien y está demostrando su calidad aun estando en un segundo plano. Un mejor Baldwin libera a Brown de estar permanentemente en papel protagonista, que provoca al mismo tiempo que sea aún más peligroso cuando tiene que serlo. Y este es un rol, que no un puesto en un quinteto, muy exclusivo para jugadores de primerísimo nivel.
Quisiera detenerme, y mostrarle a su vez, otro punto para reconocer este Maccabi exterior. Dibartolomeo y Blatt son dos secundarios que aparecen en pista cuando uno de los dos bases no está en el campo. Si el equipo necesita más trabajo defensivo, Dibartolomeo salta a escena; si necesita amenaza exterior, Platt se presenta. Entre los cuatro jugadores logran dar un significado al puesto de base que probablemente excede a lo que imaginamos en el pasado: más protagonistas, más versátiles y más imprevisibles en muchos momentos y no meramente organizadores.
¿Qué tiene de bueno para el resto del equipo? Que el resto de roles en el campo asumen su papel secundario para ser meros finalizadores de la faceta generadora de sus bases, y por tanto adquieren un mayor peligro, porque el rival no sabe a ciencia cierta cómo se puede responder en cada caso. Por ejemplo, Colson está mejorando sus prestaciones desde la temporada pasada y es un 3 con muy buena mano exterior y al mismo tiempo con un físico que le permite enfrentarse con exteriores jueguen en el puesto que jueguen; Webb III muestra la calidad exterior de un grande que ya demostró en Valencia y es un peligro de cara al aro, sobre todo con su tiro de tres y su cada vez más verticalidad hacia el aro; Nebo y Rivero simplemente tienen que saber leer cerca del aro las oportunidades que se les generan desde el exterior y Sorkin es ese poste de calidad que en su relevo siempre aporta un poco más de juego y lectura que meramente finalizar una acción. El caso es que esta ambivalencia entre generar y finalizar es signo inequívoco de esta identidad tan reconocible de este Maccabi.
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