La hora de solidificar el talento
Enoch afronta 'la' temporada con el reto de mejorar una deficiente defensa sin perder el sutil veneno de su capacidad en ataque
Para muchos deportistas que recalan en un club nuevo la primera temporada resulta importante y la segunda deviene en poco menos que trascendental. Es el ... caso de Steven Enoch, el hombre que disputó los 72 partidos oficiales del Baskonia la campaña anterior. Durante su curso inicial en Vitoria confirmó las virtudes que se le presuponían, pero también los defectos que acompañan su incipiente trayectoria profesional. Fundamentalmente porque se trata de un jugador aún joven -cumplirá los veinticinco años una semana antes de que el equipo azulgrana se presente ante su afición en el Buesa Arena frente al London Lions- con margen de mejora a partir de un talento incuestionable.
Era el estadounidense de pasaporte armenio -comunitario por lo tanto- una pieza deseada dentro del mercado al que puede acceder la entidad alavesa. Apuestas de futuro a corto o medio plazo que todavía no han escalado al olimpo de las figuras, territorio de las transacciones para los buques que pescan en altamar. El aún tierno Enoch llegaba de destacar en las filas del Obradoiro, el conjunto que adiestra el eterno profeta en su tierra Moncho Fernández y club con buen ojo histórico para las contrataciones. De ahí que le ofreciese el salto a la Euroliga, nada menos, como el escaparate mayor del continente donde lucir sus aptitudes a los ojos de la NBA, el sueño perenne de los jugadores norteamericanos.
Calidad ofensiva
Steven aceptó el señuelo baskonista para completar una batería interior presuntamente versátil junto a otro 'cinco' bastante más rudo y defensivo (Landry Nnoko), un 'cuatro y medio' intenso como Matt Costello y el ala-pívot de corte moderno que encarnaba Alec Peters, toda una carrera en cuadros de rango mayor que continúa la tendencia con su fichaje por el Olympiacos. Evidentemente, tanto el nuevo miembro del cuadro griego y el de documento armenio representaban la calidad y la elegancia frente a la fogosidad del venido de Gran Canaria y de quien terminó repudiado aquí con destino a Burgos.
Steven interpretó el papel de suplente de Landry Nnoko con Dusko Ivanovic en el banquillo azulgrana
Pero la sutileza adelante de Enoch, hueca a la hora de proteger el aro propio, no convencía a Dusko Ivanovic. El mariscal mantuvo como su 'center' titular al poste camerunés y dejó como segunda opción en la recámara dentro de la zona al protagonista de esta historia. El entrenador que fundamentaba el grueso de sus discursos en la defensa veía, como todos, la condescendencia atrás de Steven. Claro que no era el único responsable de ese problema y, además, el equipo vitoriano vivía enredado en un ataque de cartón, inmovilista, nada fluido y de anotaciones sonrojantes.
Le vino la divinidad a ver cuando el club contrató a Spahija como solución de urgencia en noviembre
Puede convenirse que al interior de Connecticut le vino la divinidad a ver con el relevo en el banquillo del Buesa Arena. Lo contrario que le ocurrió a Tadas Sedekerskis, ejemplo capitular de involución con Neven Spahija a los mandos. Nada más debutar ante el Estrella Roja, duelo continental solventado mediante un cómodo triunfo azulgrana, quedó claro que Wade Baldwin y Steven Enoch aparecían como depositarios de la confianza del técnico croata. En la entrevista de despedida que ofreció a este periódico, el preparador que ya había ganado la ACB de 2008 con el Baskonia confesó que tanto el base estadounidense como su pívot compatriota formarían parte de sus proyectos si se le permitía armar un equipo. Admitiendo, eso sí, que el talento ofensivo del 'cinco' no hallaba correspondencia en sus severas dificultades atrás.
Elegancia ofensiva
El baloncesto de Enoch a la hora de acometer el aro adversario admite pocos debates en cuanto a aptitudes, capacidades y calidad. Autor de elegantes reversos desde el poste bajo, de buen tacto con la pelota como aliada y también capaz de herir mediante su tiro frontal de tres puntos. Buenos indicadores en la columna del haber. Porque en la del debe aparece la escasa contundencia a la hora de velar por la canasta propia. En realidad, todo el equipo demostró la campaña anterior una falta de intimidación evidente, más allá de las habilidades taponadoras de Costello. Pero quizá a Steven, por el hecho de ocupar el puesto de 'cinco' titular, apuntaron más las críticas por las concesiones azulgranas. Una tara importante frente a rivales cualificados de la ACB; un problema superlativo dentro de una Euroliga cada vez más física donde se requiere la intimidación de los grandotes para que el talento de los exteriores decante los encuentros.
Ahora, con Joan Peñarroya como nuevo inquilino de la pizarra baskonista, llega al de Connecticut la campaña definitiva. Aquella en la que debe revestir de solidez sus condiciones indudables para destacar en la aristocracia del baloncesto.
Sus datos
10,2Es la valoración del pívot estadounidense en la ACB la pasada campaña, en la que acreditó promedios de 19,5 minutos, 9,1 puntos y 4,7 rebotes en la ACB con 61% en tiros de dos, 37% en triples y 78% en libres.
10,7Su valoración en la pasada Euroliga, en la que ejerció de debutante. Firmó promedios de 20,4 minutos, 9,5 puntos y 5,6 rebotes en la Euroliga con 57% en tiros de dos, 37% en triples y 82% en libres.
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