Dusko, el mito del hombre de hierro
El tiempo ha moldeado pero no ha diluido las férreas convicciones del balcánico, que vuelve a una élite continental que le había olvidado
No hay figura en la historia del Baskonia que haya reunido una colección tan grande de tópicos y leyendas de mayor o menor veracidad que ... Dusko Ivanovic. Los relatos sobre su dureza y su exigencia extremas proliferan desde hace más de dos décadas en el negocio baloncestístico, el mismo que desde hace años lo considera un técnico alejado de la élite continental. Con sus hábitos moldeados en materia de manejo de grupos humanos, el preparador montenegrino vuelve a un banquillo de la Euroliga, ese territorio no pisaba desde su última etapa en el Khimki ruso. El movimiento puede que haga torcer el gesto a más de un agente del mercado. Tal vez alguno diga aquello de que semejante retorno solo podía producirse en el Baskonia.
Los datos
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Nacido en Bijelo Polje (Montenegro).
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Edad 62 años.
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Trayectoria como entrenador Friburgo (1996-99), Limoges (1999-2000), Baskonia (2000-05), Barcelona (2005-febrero de 2008), Baskonia (2008-noviembre de 2012, Panathinaikos (2014-abril de 2015), Khimki Moscú (marzo 2016-2017) y Besiktas (2018-diciembre de 2019).
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Palmarés. 3 Ligas suizas con el Friburgo, 1 Liga, 1 Copa francesa y 1 Copa Korac con el Limoges, 2 Ligas ACB, 3 Copas del Rey y 1 Supercopa con el Baskonia, 1 Copa del Rey con el Barcelona y 1 Copa griega con el Panathinaikos.
Más allá de mitos y fábulas, los resultados y las formas convierten a Dusko Ivanovic en el entrenador más importante de la historia contemporánea azulgrana. Su llegada a Vitoria en el verano de 2000 marcaba el punto de despegue definitivo de la entidad en la conquista de la primera línea continental. Técnicos como Herb Brown, Manel Comas o Sergio Scariolo habían puesto su parte en la conversión de aquel equipo de una ciudad que no se ve en el mapa en una maquinaria moderna y de ascenso constante. Sin embargo, Dusko Ivanovic fue el aglutinador de todas las esencias que generarían una década prodigiosa. Exigencia constante, espíritu destajista y explotación sin remilgos de una colección de plantillas que, tampoco hay que olvidarlo, desprendían un talento que ahora resultaría imposible reunir. Su primera etapa hasta 2005 fue gloriosa y llena de estrenos; el primer título liguero de la historia del club, dos presencias en las finales de la Euroliga, dos entorchados coperos. Se marchó al Barcelona entre el aplauso unánime, sin rencores y entre un mar de reconocimiento a pesar de haber perdido la final ACB con un desenlace imposible culminado con el triple de Alberto Herreros.
El Baskonia trató de aprender a vivir sin el montenegrino y lo logró a medias. Pedro Martínez, Velimir Perasovic y Neven Spahija pasaron por el banquillo azulgrana, la cosecha de títulos y finales disputadas se mantuvo en marcha, pero siempre había cierto poso de insatisfacción en el seno del club respecto a los métodos aplicados desde el banquillo. La nostalgia se seguía llamando Dusko Ivanovic, que abrió su segunda etapa azulgrana poco después de que el Baskonia alzara su segundo título liguero al cierre de la campaña 2007-08 con Spahija a los mandos. Los resultados del croata eran irreprochables, pero si estilo se alejaba de lo marcial, una política poco recomendable en la casa de Zurbano. Su vuelta dio paso a un nuevo título copero (2009) y al último entorchado logrado hasta la fecha por el club vitoriano, la Liga ACB 2009-10. Un método vigente, pero también golpeado por la crisis económica y la disminución de calidad en la plantilla en años posteriores. Ivanovic parecía un faro insustituible hasta que la ley de los resultados le hizo caer en el arranque del curso 2012-13. Derrota ante el Obradoiro y destitución fulminante un 18 de noviembre. Fue quizás la decisión más dura tomada por Josean Querejeta como presidente del Baskonia. Debía despedir al técnico en el que descubrió a un alma gemela. Aquel adiós parecía definitivo, con el correspondiente epílogo legal para fijar la compensación económica por ruptura de contrato.
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