Costello se saca la licencia de apisonadora
El pívot pasa por encima de sus pares y se corona como MVP de la jornada con 32 de valoración en un derbi de color azulgrana decantado por el cuidado del balón
Lo mejor después de un jarro de agua fría como el del Mónaco era un baño caliente. Seguramente inesperado por la trayectoria del Baskonia lejos ... de casa. En la ACB solo había ganado en Valencia, Barcelona, Sevilla y Madrid. Desde ayer tarde también en Bilbao, otra ciudad ilustre y lugar en el que Costello se sacó la licencia de apisonadora. Su manera de correr la cancha, empujado por ser uno de los señalados de la derrota del viernes, contagió de ímpetu a sus compañeros y a no dejarse llevar durante la segunda mitad.
Sus cifras dicen mucho: 18 puntos, 12 rebotes, 3 asistencias, 3 tapones, 2 recuperaciones, +25 con él en la cancha –el que más– y 32 créditos de valoración. Una estadística infinita como su figura cuando se trata de jugar por encima del aro. Withey le subestimó y esta semana se verá en varias de las mejores jugadas de la semana. Por los gorros, siempre saltando en el momento justo, y por el mate que firmó delante de sus narices. Rompió a Maciulis en la esquina y se fue derechito hacia el aro. Hacia otra 'Costellación'. 2,14 mide la torre de los hombres de negro por los cortos 2,10 del azulgrana.
Su reloj no es el más caro pero rara vez falla la hora. Y eso que empezó con retraso. Delgado le ganó la primera batalla. -4 de valoración en el primer cuarto y dos faltas personales. Neven Spahija no quiso correr riesgos y dio paso a Enoch, que tras una primera jugada de escasa intensidad defensiva, se entonó con el paso de los minutos. Firmó otro mate bárbaro por encima de Damien Inglis para empezar a llevar el éxtasis a la esquina de la afición baskonista y las caras de incredulidad en la hinchada local.
Ahí empezó el magisterio de Granger. Más allá de la anotación, con dos triples a tablero, por su manejo del partido en sus mejores minutos de la temporada como director del equipo. Con chispa, ritmo y gran cuidado del balón. Suya fue la única pérdida del Baskonia en los primeros tres cuartos, algo inaudito en lo que va de curso.
El desequilibrio en el juego fue abismal y se escenificó en el segundo cuarto en el marcador. 11-31 gracias a una defensa excelsa, con cinco recuperaciones totales de Baldwin, cinco, además de un ramillete de quiebros con los que dejó por los suelos a Rafa Luz y Hakansson. También Enoch aportó mucho en esta faceta, con manos rápidas y ganas de chocar y Costello se encargó de liderar en el cierre del primer tiempo y en la apertura del tercero.
Lectura perfecta
Daba igual quién estaba sentado o en el parqué, la rotación de los vitorianos era excelsa. Todos enchufados contra un Bilbao Basket con problemas de faltas en el puesto de base, con dependencia de Delgado y Goudelock en la parte anotadora y anarquía en defensa. Álex Mumbrú probó alguna variante táctica en zona y de poco sirvió. Costello lo leía todo. Si no robaba, taponaba y salía a la carrera. También hacia atrás, ganando de 25 y jugándose el físico. Muy por encima de dos moles como Delgado e Inglis.
El mayor pesaje de los pívots locales le costó a Enoch acabar expulsado con cinco faltas, hecho que aprovechó Costello para terminar de darse un festín. Pudo ser mayor, ya que el Baskonia se relajó en el último cuarto y estuvo los cuatro primeros minutos sin anotar. Marinkovic acabó con la sequía después de un gran trabajo defensivo. Mantuvo el rigor en un periodo de despropósito entre mates que se quedaban cortos, bandejas que se salían y cierta guasa de los seguidores azulgranas ante el afán de los hombres de negro por intentar arañar a una apisonadora.
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